lunes, 20 de mayo de 2013

Carta de Micaela Verón a Lanata

A mis 14 años no sé mucho de las leyes, ni como está compuesta la Constitución nacional, pero la historia de mi vieja hace que tenga una relación con la “Justicia”. Digo Justicia entre comillas porque en verdad el caso de mi vieja es un caso de injusticia en el que un Tribunal el año pasado absolvió a los 13 imputados acusados de su secuestro y desaparición. Un Tribunal que dijo que no había pruebas cuando sí las había.

Escuchar las acusaciones de Lanata a mi abuela me da mucha bronca. Yo estoy orgullosa de mi abuela. Para mi Jorge Lanata no es un buen periodista. No se puede ser buen periodista diciendo algo sin pruebas, actúa casi como el Tribunal que dejó impune la causa de mi vieja. Pero lo peor es que él es parte de la sociedad y entonces sus declaraciones lo hacen peor ciudadano. Mi abuela está haciendo cosas por toda la sociedad. Está luchando contra la trata para todos, no sólo por el caso de mi vieja. También para él. Entonces es de muy poco hombre salir a pelear a una mujer que tiene todos los huevos puestos. Más huevos de los que puede tener un hombre, a veces.

Lo importante es hablar del trabajo que hace mi abuela. La Fundación María de los Ángeles que fundó mi abuela rescata víctimas de trata que están contra su voluntad . Trabajamos con casos de trata para la explotación laboral, porque la trata no es solamente sexual. Cuando se las rescata empieza un tratamiento psicológico y de salud porque en los prostíbulos las lastiman, en muchos casos les pegan, hacen que duerman con cadáveres, por ejemplo. Promovemos causas judiciales y normalmente protegemos a las victimas trabajando con el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados para que puedan resinsertarse en la sociedad. La Fundación, también, se hace cargo de todos los gastos y de los hijos que puedan llegar a tener. Si son menores de 5 años se inscriben en el jardín maternal que tenemos en Tucumán. La mayoría de las mujeres víctimas de trata son madres solteras.

La absolución de los culpables de la desaparición y secuestro de mi vieja y el hecho de que en Tucumán esté la Justicia más corrupta del país hace que yo diga que la reforma judicial es necesaria y va a servir para que podamos ver que todos somos parte de la Justicia. Hay jueces que hace más de 30 años están en el mismo puesto. Eso no puede seguir pasando.

Democratizar la justicia es empezar a ser parte. Que yo con mi voto voy a decir quién va a hacer justicia por mí. Si la reformamos y algo sale mal va a ser culpa nuestra porque nosotros vamos a ser parte. Entonces eso genera miedo. Nadie se quiere hacer cargo. La gente le tiene miedo al cambio. Pero como dijo Néstor Kirchner: cambio es el nombre del futuro.