Leemos en Página 12 que la Bolsa de Nueva York tasó el valor de YPF en 13.000 millones de dólares, un 30 % que el monto considerado en el 2012 cuando el Estado nacional decidió expropiar el 51 % de su paquete accionario, y retomar su control.
Si la empresa vale hoy 13.000 millones de dólares, eso supone que el 51 % que está en manos argentinas (entre el Estado nacional y las provincias petroleras, con pacto de sindicación de acciones) vale unos 6630 millones de dólares; más el plus que significa controlar las decisiones de la compañía.
Lo que demuestra que los 5000 millones de dólares que terminó pagando el Estado a Repsol por la expropiación, con bonos que vencen hasta el 2033, fueron un excelente negocio.
Y demuestra también no sólo la excelente gestión de Miguel Galuccio (que ha revalorizado la compañía en un 30 % en apenas dos años y medio de gestión), sino que Brufau no es precisamente un cráneo de los negocios; porque apenas recibió los bonos del gobierno, los liquidó en el mercado.
Así como que las denuncias de Carrió y Pino Solanas en la justicia contra los miembros del Tribunal de Tasaciones de la Nación por haber -supuestamente- "inflado" el valor de la empresa eran -para variar- un absoluto disparate.
O que el niño Mauricio fue un visionario al mandar a sus diputados a votar en contra la ley 26.741, que decidió la expropiación:
Si la empresa vale hoy 13.000 millones de dólares, eso supone que el 51 % que está en manos argentinas (entre el Estado nacional y las provincias petroleras, con pacto de sindicación de acciones) vale unos 6630 millones de dólares; más el plus que significa controlar las decisiones de la compañía.
Lo que demuestra que los 5000 millones de dólares que terminó pagando el Estado a Repsol por la expropiación, con bonos que vencen hasta el 2033, fueron un excelente negocio.
Y demuestra también no sólo la excelente gestión de Miguel Galuccio (que ha revalorizado la compañía en un 30 % en apenas dos años y medio de gestión), sino que Brufau no es precisamente un cráneo de los negocios; porque apenas recibió los bonos del gobierno, los liquidó en el mercado.
Así como que las denuncias de Carrió y Pino Solanas en la justicia contra los miembros del Tribunal de Tasaciones de la Nación por haber -supuestamente- "inflado" el valor de la empresa eran -para variar- un absoluto disparate.
O que el niño Mauricio fue un visionario al mandar a sus diputados a votar en contra la ley 26.741, que decidió la expropiación:
Fuente: Nestornautas