lunes, 11 de enero de 2016

La vuelta al pasado y la interna

Cuanta razón tenía Cristina cuando nos alertaba acerca de que el pasado estaba a la vuelta de la esquina.

En estos días ese pasado festeja en el centro de la calle y pretende llevarse puesto todo.

La prometida “revolución de la alegría” muestra su mueca siniestra.

Podrá decírsenos que no es otra cosa que lo anunciado en la campaña presidencial. Mucho votante de la alianza PROCambiemos, prevenido -pero desconsiderado-, debería estar asumiendo públicamente su error. Puede que la persistente diatriba contra CFK, su gobierno, sus políticas y los que no votamos a quien resultó electo -llamativamente virulenta a ya un mes de la asunción de Macri-, sea una reacción ante la conciencia de aquel error. Me lo decía un compañero, se lo dejo a los psicólogos.

El pasado vuelve en las acciones del nuevo gobierno, con:

* un estado atendido por los CEOs de las corporaciones;

* una devaluación del 40% por ciento y su impacto sobre precios -para arriba- y salarios -para abajo-;

* la decisión (a) de volver al endeudamiento público -y con ello a brindar al mercado/bancos un negocio financiero que habían dejado de tener: ser tenedores de bonos que permanentemente son reemplazados con otros, donde se pagan eternamente intereses y nunca se salda el capital, que en esos enjuagues de reemplazos, se incrementan-. Decisión anticipada por la misión del funcionario emisario Luis Caputo a EEUU para conversar sobre el fallo de Griesa y el tratamiento a los buitres, y puesta en marcha con el megacanje II instrumentado por el para nada moderado y socialdemócrata Prat Gay y el procesado Sturzenegger, que modifica varios patrones conceptuales que sostenían la autodetereminación política en materia económica en la que se apoyara el proyecto de gobierno que hasta diciembre condujo CFK: control de la economía por la política, desendeudamiento, rol del Banco Central; y (b) de ser amigable con el capitalismo financiero, revocando la obligación del encaje de 30% a las colocaciones en el país, reduciendo de 365 a 120 días la obligación de estadía de las colocaciones, y aumentando la tasa de interés, por encima de las internacionales. Y todo para obtener liquidez que permita el flujo de divisas, donde el tránsito más cargado será hacia las cuentas en el exterior de personas o empresas locales, o de las casas matrices;

* el atropello a la institucionalidad en la que se asienta el ejercicio de la soberanía popular, no convocando al Congreso, modificando las leyes de la democracia por decretos, inventado primeras minorías parlamentarias para designar representantes en el Consejo de la Magistratura y en los órganos de control; pretendiendo designar en Comisión ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación;

* el intento de poner un cepo a las paritarias que se consolidaron durante la gestión kirchnerista y que ahora tendrían que ser “cuidándose de los despidos”, “por productividad” y “a ciegas”, después de la devaluación y el corrimiento a precios de esa medida, con el INDEC en emergencia estadística y ocultando datos;

* una política social dirigida a los sectores más vulnerables de la sociedad que se apoya en una concepción filantropista atrasada; que no pretende remover ninguno de los condicionantes que son reeditores de pobreza; que en el marco de la devaluación concretada hace que la AUH pierda su potencia, como también hace que la pierdan las universidades públicas cercanas, o el PROGRESAR, o la inclusión jubilatoria; política social que, en suma, abandona el modelo K anterior de restituir derechos y conceder nuevos en base a un entramado de políticas públicas concretas que se potencian y complementan entre sí, trasladando beneficios de los sectores vertebrados con la economía formal, la educación y la salud a aquellos que se encuentran más debilmente vinculados o directamente .

Es en este marco de ataque a las condiciones de bienestar general a las que se había accedido que en 2015 se renuevan las autoridades partidarias del PJ .

A la luz -o en la trastienda- empiezan las definiciones y posicionamientos de los que por su rol institucional o por su trayectoria son referencias públicas del peronismo.

Sobre la interna del PJ nosotros dijimos en el blog -y en eso insistimos-que no nos es ajena.

Los que entendemos al kirchnerismo como el peronismo del Siglo XXI debemos asumir un compromiso militante con el resultado de este proceso.

Las apelaciones a la unidad y participación de todos los sectores internos puede ser la trampa para vaciar de contenido al partido, darle protagonismo a los responsables de que el peronismo no haya ganado la Gobernación de Santa Fe y  la intendencia de la capital provincial, buscando dejarlo en el rol de oposición prolija, acomodada al sistema, funcional al PRO en la Nación y al FPCS en la Provincia.

No puede haber una solución a la interna que se desentienda de asumir la disputa ideológica del por qué y el para qué del peronismo. El peronismo K, lo que fue la fuerza del Frente para la Victoria, debe hacerse cargo de que debe pretenderse un PJ disruptivo con la realidad que pretenden tanto la alianza que gobierna a nivel nacional, como la alianza que gobierna la provincia y sus ciudades más importantes.

Para este proceso -entiendo- debemos anudar a los militantes orgánicos de las distintas estructuras K a aquellos que se movilizaron en la última elección, sobre la base de reconocer la conducción de Cristina y defender como proyecto político del peronismo el que su gobierno y el de Néstor llevaran adelante.

Esos otros argentinos están ahí, defendiendo las mismas verdades que nosotros, reuniéndose en cuanta convocatoria hay para hacerse ver y escuchar. Tenemos que ir a su encuentro. No será tarea sencilla pero debemos hacerla.

Fuente: Nestornautas