Por Gerardo Fernández
El ministro de Educación porteño Esteban Bullrich tuvo un reflejo PRO que lo pinta de cuerpo y alma: El 0800-Botón para denunciar "intromisión política" de La Cámpora en las escuelas. Podría ironizarse diciendo que a partir de ahora la política no podrá acercarse a menos de 100 metros de distancia de las escuelas porteñas, así se sigue brindando un servicio educativo falsamente "apolítico", así las maestras siguen repitiendo las consignas del Billiken cada fecha patria; así se sigue cantando el himno a Sarmiento al comienzo de cada acto público; así en la mayoría de las escuelas no se cumple con la obligación de hacer un acto por la memoria los 24 de marzo, porque como se escucha en muchos lugares "hay maestros que tienen familiares del otro lado"; así en la escuela 25 del distrito escolar 18 se hace jurar la bandera en inglés, como sucedió este año, así esa porquería llamada política no se entromete en la pureza de las aulas...
Seamos claros: el problema no es La Cámpora. El problema es la fuerte persistencia de los que medran con la persecución de la política partidaria, y en todo caso explícita, mientras hacen política a rabiar pero de manera implícita, con globos y denostando a cuanto huela a político mientras pintan todo de amarillo. El problema es que esto nos retrotrae a los tiempos de dictadura donde no había política electoral pero desde los intendentes hasta los curas, pasando por las ligas de madres de familia, se la pasaban rosqueando las 24 horas del día.
El gran aporte cultural del kirchnerismo ha sido recuperar la política, recuperar el debate en la oficina, en la familia, en el grupo de amigos ¿Porqué la escuela tiene que estar afuera de este tiempo? No hay nada mejor para un niño que crecer escuchando hablar de política. Eso lo hará más libre tarde o temprano. Un pueblo politizado y por ende conciente de su lugar y su tiempo siempre será un hueso más duro de roer mientras un pueblo formado en el desprecio a la política será carne de cañón para proyectos de minorías donde las masas no participan y delegan en "los que saben" los destinos del país. Así nos fue a los argentinos por delegar en ricachones y militares el manejo del país durante más de medio siglo.
Fuente: Diario Registrado
El ministro de Educación porteño Esteban Bullrich tuvo un reflejo PRO que lo pinta de cuerpo y alma: El 0800-Botón para denunciar "intromisión política" de La Cámpora en las escuelas. Podría ironizarse diciendo que a partir de ahora la política no podrá acercarse a menos de 100 metros de distancia de las escuelas porteñas, así se sigue brindando un servicio educativo falsamente "apolítico", así las maestras siguen repitiendo las consignas del Billiken cada fecha patria; así se sigue cantando el himno a Sarmiento al comienzo de cada acto público; así en la mayoría de las escuelas no se cumple con la obligación de hacer un acto por la memoria los 24 de marzo, porque como se escucha en muchos lugares "hay maestros que tienen familiares del otro lado"; así en la escuela 25 del distrito escolar 18 se hace jurar la bandera en inglés, como sucedió este año, así esa porquería llamada política no se entromete en la pureza de las aulas...
Seamos claros: el problema no es La Cámpora. El problema es la fuerte persistencia de los que medran con la persecución de la política partidaria, y en todo caso explícita, mientras hacen política a rabiar pero de manera implícita, con globos y denostando a cuanto huela a político mientras pintan todo de amarillo. El problema es que esto nos retrotrae a los tiempos de dictadura donde no había política electoral pero desde los intendentes hasta los curas, pasando por las ligas de madres de familia, se la pasaban rosqueando las 24 horas del día.
El gran aporte cultural del kirchnerismo ha sido recuperar la política, recuperar el debate en la oficina, en la familia, en el grupo de amigos ¿Porqué la escuela tiene que estar afuera de este tiempo? No hay nada mejor para un niño que crecer escuchando hablar de política. Eso lo hará más libre tarde o temprano. Un pueblo politizado y por ende conciente de su lugar y su tiempo siempre será un hueso más duro de roer mientras un pueblo formado en el desprecio a la política será carne de cañón para proyectos de minorías donde las masas no participan y delegan en "los que saben" los destinos del país. Así nos fue a los argentinos por delegar en ricachones y militares el manejo del país durante más de medio siglo.
Fuente: Diario Registrado