Dice un refrán popular de los catalanes, recogido por el cantautor Francesc Pi de la Serra (muy solidario con el exilio argentino) que Si los hijos de puta volaran, nunca veríamos el sol . Y yo agrego: Si los chupamedias volaran, viviríamos en tinieblas. Un amigo,Jorge, escribe: "Aunque no pienso opinar públicamente del asunto (¿que podría agregar?) y no estoy en contra de las salidas de la cárcel, sacar al enemigo público número uno de la semana (el boludo de Callejeros que quemó a su pareja), a un barrabrava asesino y a otro violador asesino, es de una estupidez superior. No sé si los que son pobres, jovenes y morochos tuvieron la misma oportunidad. En cierta medida, estos tres son exponentes de ciertos sectores medios".
Teodoro Boot se puso a contestarle y salió lo que sigue:
La ilógica comunicacional del kirchnerismo consiste en manifestarse siempre en espejo a Clarín, como si Clarín NUNCA tuviera razón. Y no es así: Clarín siempre actúa de mala leche, pero en ocasiones mete el dedo en verdaderas llagas. Y ésta, la de los presos fue una de ellas.
Es verdad que hay que ser un degenerado para oponerse a la resocialización de las personas privadas de su libertad. Un degenerado y un suicida, si acaso no un homicida en potencia ya que una cultura canera provocará conductas delictivas ¿qué otra cosa, sino? Y el aislamiento, carcelario e intracarcelario, nunca es bueno cuando se trata de reinsertar a las personas en la sociedad, que para eso deberían servir las cárceles según la lógica más elemental y el mandato constitucional.
Hecha esta aclaración, el primer escándalo mediático organizado por los que se cagan en todo con tal de lesionar al gobierno, reproducido y amplificado por los medios de Clarín, los vampiros sedientos de sangre del periodismo sensacionalista y varios medios afines al gobierno (empeñados hasta la estupidez en la defensa de lo indefendible) se produjo a raíz del permiso de salida de Eduardo Vázquez, flamante condenado por el horrendo amasijo de su esposa y protagonista principal de los noticiosos de los últimos doce meses. La salida le fue concedida para participar de un acto cultural organizado por el Vatayón militante, una agrupación político social cultural afín a las políticas kirchneristas. Esto es un hecho.
Clarín lo tituló: "Liberan a presos para participar de actos K". Más allá de las connotaciones absurdas del titular, que induce a pensar que el Kirchnerismo necesita de los presos para juntar gente, el titular es esencialmente veraz, excepto en el uso del verbo "liberar": Vázquez no fue "liberado", pero sí es un preso al que se le permitió salir de prisión para asistir a un acto cultural organizado por una agrupación kirchnerista.
Ministros y hagiógrafos periodísticos aseguran que se trata de una práctica habitual. Tal vez sea cierto, pero también es cierto lo que dice en privado mi amigo Jorge: "sacar al enemigo público número uno de la semana (el boludo de Callejeros que quemó a su pareja), a un barrabrava asesino y a otro violador asesino, es de una estupidez superior. No sé si los que son pobres, jovenes y morochos tuvieron la misma oportunidad. En cierta medida, estos tres son exponentes de ciertos sectores medios".
Tal vez sea cierto que esos tres gozaron de la posibilidad de salidas temporales debido a su extracción socio cultural, por no agregar racial. Tal vez Jorge sea suspicaz, pero en lo que parece no equivocarse es en que se trata de una estupidez superior.
"Lo autorizó el juez" clama el ministro del área, que no tiene más remedio que defender a su subordinado, y repiten los hagiógrafos periodísticos. Es verdad, lo autorizó un juez. Excepto la fuga, no existe otro modo de salir de una cárcel como no sea mediante orden judicial, pero el que solicita al juez la autorización pertinente es el Servicio Penitenciario, en este caso el Federal. El juez no autoriza porque sí, a la bartola, eligiendo en un sorteo entre todos los internos del Servicio Penitenciario, sino que autoriza o rechaza las solicitudes del Servicio Penitenciario.
El "Yo no fui" que los hagiógrafos ponen en boca del director del Servicio Penitenciario Federal es falaz. Puede decirse en favor del director del Servicio, como para decir algo en su favor, que hasta el momento parece haber guardado silencio o, hasta donde sé, al menos no se escudó en un falaz "Yo no fui", porque sí fue. Y lo que hizo, directamente o dejándose llevar por alguno de sus subordinados (lo mismo da) es, como bien dice Jorge, sino es ilegal, es de una estupidez superior.
Sin embargo, la ilógica comunicacional del kirchnerismo se empecina en defender lo indefendible, pateando la pelota a la tribuna, como si fuéramos tontos y no nos diéramos cuenta.
Uno de los peores favores que pueden hacérsele a alguien, sea una persona, un equipo de fultbol o un gobierno, es defender sus errores pretendiendo que son virtudes.
Fuente: Pajaro Rojo
Teodoro Boot se puso a contestarle y salió lo que sigue:
La ilógica comunicacional del kirchnerismo consiste en manifestarse siempre en espejo a Clarín, como si Clarín NUNCA tuviera razón. Y no es así: Clarín siempre actúa de mala leche, pero en ocasiones mete el dedo en verdaderas llagas. Y ésta, la de los presos fue una de ellas.
Es verdad que hay que ser un degenerado para oponerse a la resocialización de las personas privadas de su libertad. Un degenerado y un suicida, si acaso no un homicida en potencia ya que una cultura canera provocará conductas delictivas ¿qué otra cosa, sino? Y el aislamiento, carcelario e intracarcelario, nunca es bueno cuando se trata de reinsertar a las personas en la sociedad, que para eso deberían servir las cárceles según la lógica más elemental y el mandato constitucional.
Hecha esta aclaración, el primer escándalo mediático organizado por los que se cagan en todo con tal de lesionar al gobierno, reproducido y amplificado por los medios de Clarín, los vampiros sedientos de sangre del periodismo sensacionalista y varios medios afines al gobierno (empeñados hasta la estupidez en la defensa de lo indefendible) se produjo a raíz del permiso de salida de Eduardo Vázquez, flamante condenado por el horrendo amasijo de su esposa y protagonista principal de los noticiosos de los últimos doce meses. La salida le fue concedida para participar de un acto cultural organizado por el Vatayón militante, una agrupación político social cultural afín a las políticas kirchneristas. Esto es un hecho.
Clarín lo tituló: "Liberan a presos para participar de actos K". Más allá de las connotaciones absurdas del titular, que induce a pensar que el Kirchnerismo necesita de los presos para juntar gente, el titular es esencialmente veraz, excepto en el uso del verbo "liberar": Vázquez no fue "liberado", pero sí es un preso al que se le permitió salir de prisión para asistir a un acto cultural organizado por una agrupación kirchnerista.
Ministros y hagiógrafos periodísticos aseguran que se trata de una práctica habitual. Tal vez sea cierto, pero también es cierto lo que dice en privado mi amigo Jorge: "sacar al enemigo público número uno de la semana (el boludo de Callejeros que quemó a su pareja), a un barrabrava asesino y a otro violador asesino, es de una estupidez superior. No sé si los que son pobres, jovenes y morochos tuvieron la misma oportunidad. En cierta medida, estos tres son exponentes de ciertos sectores medios".
Tal vez sea cierto que esos tres gozaron de la posibilidad de salidas temporales debido a su extracción socio cultural, por no agregar racial. Tal vez Jorge sea suspicaz, pero en lo que parece no equivocarse es en que se trata de una estupidez superior.
"Lo autorizó el juez" clama el ministro del área, que no tiene más remedio que defender a su subordinado, y repiten los hagiógrafos periodísticos. Es verdad, lo autorizó un juez. Excepto la fuga, no existe otro modo de salir de una cárcel como no sea mediante orden judicial, pero el que solicita al juez la autorización pertinente es el Servicio Penitenciario, en este caso el Federal. El juez no autoriza porque sí, a la bartola, eligiendo en un sorteo entre todos los internos del Servicio Penitenciario, sino que autoriza o rechaza las solicitudes del Servicio Penitenciario.
El "Yo no fui" que los hagiógrafos ponen en boca del director del Servicio Penitenciario Federal es falaz. Puede decirse en favor del director del Servicio, como para decir algo en su favor, que hasta el momento parece haber guardado silencio o, hasta donde sé, al menos no se escudó en un falaz "Yo no fui", porque sí fue. Y lo que hizo, directamente o dejándose llevar por alguno de sus subordinados (lo mismo da) es, como bien dice Jorge, sino es ilegal, es de una estupidez superior.
Sin embargo, la ilógica comunicacional del kirchnerismo se empecina en defender lo indefendible, pateando la pelota a la tribuna, como si fuéramos tontos y no nos diéramos cuenta.
Uno de los peores favores que pueden hacérsele a alguien, sea una persona, un equipo de fultbol o un gobierno, es defender sus errores pretendiendo que son virtudes.
Fuente: Pajaro Rojo