La desconexión de la "crisis financiera internacional" de la crisis militar en Medio Oriente, de los empantanamientos militares deliberados de los Estados Unidos y por tanto de la misma dinámica de Europa, cuyo sentido sólo puede pensarse desde términos militares, sirve para desconectar de sus posibles consecuencias, su salida, la guerra. Se ha borrado de un soplo la historia. Y se ha borrado, por arte de magia, la globalización. Han vuelto las fronteras nacionales y ésto, para una izquierda boba, que abunda, derrotada, en el mundo occidental, es un buen presagio. Mamita, son los típicos aprestos para la guerra.
Alemania se benefició de la expoliación de la derrota de la clase obrera con la caída del Muro de Berlín, y sus productos, abaratados para la exportación, tenían cabida en el mundo que nacía, con la dictadura China en crecimiento. Mientras, Estados Unidos, en procura de maximizar ganancias, ponía la maquinaria bélica como estímulo de la demanda. Los cálculos fallaron militarmente: el empantanamiento y la expensión de este pantano genocida, aumentó los costos y logró los necesarios desajustes del dólar para que se lleve puesto al Euro, hoy sostenido en la nada. Bah, más o menos como siempre.
La narrativa alemana de que mantienen al sur vago de Europa no se sostiene: en realidad, procuran salvar sus bancos de la debacle financiera. Y salvar sus bancos es, sí que inteligentemente, salvar su economía. Pero esto acontece mientras aumenta la productividad China y los llamados, risueñamente, países emergentes.
El empantanamiento yanqui en el teatro militar destruyó mercados europeos, encareció las materias primas e insumos indispensables y abarató la mano de obra. A la par que aumentó su propio déficit y otorgó cierta relativa autonomía a sudamérica y, en menor medida, latinoamérica.
¿Era "realista" suponer que ésto no traería consecuencias económicas a la zona Euro?
No.
¿Qué sucede cuando los partidos se van al imaginario "centro" y asumen, en el sistema bipartidario, ambos el ajuste?
Que a derecha e izquierda del sistema hay un amplio abanico donde pararse.
Fuente: República unida de la Soja
Alemania se benefició de la expoliación de la derrota de la clase obrera con la caída del Muro de Berlín, y sus productos, abaratados para la exportación, tenían cabida en el mundo que nacía, con la dictadura China en crecimiento. Mientras, Estados Unidos, en procura de maximizar ganancias, ponía la maquinaria bélica como estímulo de la demanda. Los cálculos fallaron militarmente: el empantanamiento y la expensión de este pantano genocida, aumentó los costos y logró los necesarios desajustes del dólar para que se lleve puesto al Euro, hoy sostenido en la nada. Bah, más o menos como siempre.
La narrativa alemana de que mantienen al sur vago de Europa no se sostiene: en realidad, procuran salvar sus bancos de la debacle financiera. Y salvar sus bancos es, sí que inteligentemente, salvar su economía. Pero esto acontece mientras aumenta la productividad China y los llamados, risueñamente, países emergentes.
El empantanamiento yanqui en el teatro militar destruyó mercados europeos, encareció las materias primas e insumos indispensables y abarató la mano de obra. A la par que aumentó su propio déficit y otorgó cierta relativa autonomía a sudamérica y, en menor medida, latinoamérica.
¿Era "realista" suponer que ésto no traería consecuencias económicas a la zona Euro?
No.
¿Qué sucede cuando los partidos se van al imaginario "centro" y asumen, en el sistema bipartidario, ambos el ajuste?
Que a derecha e izquierda del sistema hay un amplio abanico donde pararse.
Fuente: República unida de la Soja