La pregunta del millón es: ¿Por qué hablamos de golpismo si los gendarmes/prefectos no mostraron ni una pistola de juguete ni hubo violencia continua y extrema? Es fácil, por el aparato montado alrededor de este reclamo. Yo no creo que los tipos que se juegan la vida todos los días acá en el barrio y en otros barrios del conurbano tengan ganas de tomar el poder. Y si van a tomar el poder, no van a ir con sus hijos. Está claro que el clima que se vivía en Retiro y La Boca (sedes de Gendarmería y Prefectura) era muy distinto al que se vivía a través de los medios de comunicación.
Radio Mitre, por ejemplo, repetía cada media hora: "REBELION DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD". Un titular de un amarillismo dificil de igualar. La tapa de La Nación de ayer parecía de 1976 y las editoriales eran un llamado a la ciudadanía a rebelarse. El #7D se acerca, inexorable, y eso tiene nerviosa a mucha gente muy poderosa. Es acá donde está el golpismo, porque no van a dudar en usar cualquier cosa que ocurra en la realidad, para sostener su posción dominante en el mercado de la comunicación. No es, como dicen con sorna los periodistas que Clarín, que "Es una conspiración inventada por Magnetto". No. Clarín se monta sobre reclamos legítimos e ilegítimos, válidos y no válidos, constitucionales o no constitucionales y pone en juego todo el poder del grupo.
Para que quede claro. En otra época, una situación como la de ayer terminaba, por lo menos, con algún muerto. Algo ha mejorado la democracia argentina en estos años que nos permite discutir la sindicacalización de las Fuerzas de Seguridad. La verdad que es de locos que en el país de Sudamérica donde las Fuerzas militares y policiales mas reprimieron a su pueblo, se discuta con la Gendarmería y la Prefectura en la calle. No trae buenos recuerdos. Pero tampoco hay que pasarse de rosca, claro.
La pistola en la cabeza de la democracia, como dijo Delía alguna vez, es Clarín. No sus periodistas que nos gustarán mas o menos (menos, y cada vez menos en mi caso), sino el Grupo Económico. Los que toman decisiones. Los que eligen tapas y titulares. Esos son los que te crean el clima para que aventureros con ansias de poder hagan delirios. Algo que muy dificilmente suceda, a mi humilde entender, pero que hay que decirlo para que a nadie se le ocurra. Demasiada sangre corrió en este país como para que algunos poderosos tengan ganas de jugar a la desestabilización.
Hoy, con el conflicto (en principio y a las 7:30 AM) encaminado y con voluntad de resolución, no olvidemos que desde estos medios "convocaban" a sumarse al conflicto. Según Radio Mitre, en cualquier momento se sumaban Policía Federal, Ejército, Polícia Bonaerense, etc. Clarín ya utilizó a sus medios para convocar a los primeros cacerolazos y ahora los utiliza para intentar profundizar un conflicto complejo, en el que los reclamos son justos pero que podrían esconder otros intereses.
Del rol triste del radicalismo no voy a hablar, porque practicamente enterraron a Alfonsin y lo volvieron a la vida al primer Balbín. Esto es demasado serio como para hablar de radicales. Con la democracia no se jode. Y muchisimo menos por intereses sectoriales.
Fuente: Según el cristal con que se mire
Con la democracia no se jode
Radio Mitre, por ejemplo, repetía cada media hora: "REBELION DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD". Un titular de un amarillismo dificil de igualar. La tapa de La Nación de ayer parecía de 1976 y las editoriales eran un llamado a la ciudadanía a rebelarse. El #7D se acerca, inexorable, y eso tiene nerviosa a mucha gente muy poderosa. Es acá donde está el golpismo, porque no van a dudar en usar cualquier cosa que ocurra en la realidad, para sostener su posción dominante en el mercado de la comunicación. No es, como dicen con sorna los periodistas que Clarín, que "Es una conspiración inventada por Magnetto". No. Clarín se monta sobre reclamos legítimos e ilegítimos, válidos y no válidos, constitucionales o no constitucionales y pone en juego todo el poder del grupo.
Para que quede claro. En otra época, una situación como la de ayer terminaba, por lo menos, con algún muerto. Algo ha mejorado la democracia argentina en estos años que nos permite discutir la sindicacalización de las Fuerzas de Seguridad. La verdad que es de locos que en el país de Sudamérica donde las Fuerzas militares y policiales mas reprimieron a su pueblo, se discuta con la Gendarmería y la Prefectura en la calle. No trae buenos recuerdos. Pero tampoco hay que pasarse de rosca, claro.
La pistola en la cabeza de la democracia, como dijo Delía alguna vez, es Clarín. No sus periodistas que nos gustarán mas o menos (menos, y cada vez menos en mi caso), sino el Grupo Económico. Los que toman decisiones. Los que eligen tapas y titulares. Esos son los que te crean el clima para que aventureros con ansias de poder hagan delirios. Algo que muy dificilmente suceda, a mi humilde entender, pero que hay que decirlo para que a nadie se le ocurra. Demasiada sangre corrió en este país como para que algunos poderosos tengan ganas de jugar a la desestabilización.
Hoy, con el conflicto (en principio y a las 7:30 AM) encaminado y con voluntad de resolución, no olvidemos que desde estos medios "convocaban" a sumarse al conflicto. Según Radio Mitre, en cualquier momento se sumaban Policía Federal, Ejército, Polícia Bonaerense, etc. Clarín ya utilizó a sus medios para convocar a los primeros cacerolazos y ahora los utiliza para intentar profundizar un conflicto complejo, en el que los reclamos son justos pero que podrían esconder otros intereses.
Del rol triste del radicalismo no voy a hablar, porque practicamente enterraron a Alfonsin y lo volvieron a la vida al primer Balbín. Esto es demasado serio como para hablar de radicales. Con la democracia no se jode. Y muchisimo menos por intereses sectoriales.
Fuente: Según el cristal con que se mire
Con la democracia no se jode
La situación está bajo control. El golpismo no.
Si las fuerzas de la democracia coinciden en este diagnóstico, es hora de unir voluntades para defenderla, sin condicionamiento alguno.
De acá al 7D. Y después también.
Estos momentos dejan al descubierto tanto a los demócratas como a los que comulgan, por acción u omisión, con actitudes antidemocráticas.
El desarrollo de los acontecimientos desatados por un imperdonable “error” administrativo de las jefaturas de Gendarmería y Prefectura ya desplazadas, abrió paso a una dinámica de crisis que fue mudando de forma y contenido según pasaban las horas.
Cuando esto ocurre, dice la experiencia, es porque hay una comandancia externa a los actores intervinientes que azuza el fuego del enfrentamiento.
¿Adivine quién es y desde dónde opera esa comandancia ilegal, golpista y destituyente?
¿Clarín, La Nación, TN, Radio Mitre quizás?
Hubo un antes y un después, en horas del mediodía, con un principio de solución efectiva anunciado por el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
Todo indicaba que, reconocida la “avivada” de los anteriores jerarcas para asegurarse la amplitud salarial en su provecho y en desmedro de los que menos ganan, cuando el decreto en cuestión justamente garantizaba que esto no ocurriera y, asegurado el resarcimiento del pago efectivo a los uniformados en las próximas horas, la protesta se levantaría y la paz social no se vería alterada en absoluto.
Pero no pasó esto. Pasó todo lo contrario. Recrudecieron las protestas, las advertencias y las amenazas por parte de algunos de los miembros de Gendarmería.
Esa nueva fase es la que expresa con toda elocuencia la acción destituyente.
La conferencia de Macri tiene varias lecturas. ¿Se ubicó como socio de los insubordinados y los llamó a regresar a casa?
¿Todo fue un ensayo general, quizás? ¿Fracasó el efecto dominó que esperaban? ¿Es una convocatoria armada para el próximo cacerolazo? ¿Por qué había entre los uniformados, carteles en apoyo a Seineldín, a TN y a Canal 13?
Hay que indignarse en nombre de la democracia.
Hay que denunciar a los responsables. Hay que sumar fuerzas rumbo al 7D.
Pero al mismo tiempo hay que manejarse con la paz y la sabiduría democrática construida en todos estos años.
Hay, además, una tarea colectiva que debemos encarar ya: memorizar los nombres de todos los que, en esta hora, optaron por la complicidad criminal de ubicarse al lado de los destituyentes.
“Con la democracia no se jode”, dicen desde Unidos y Organizados. Y con otras palabras lo dijeron diputados de distintas expresiones. Y los Organismos de Derechos Humanos.
Que esta coyuntura nos sirva para crecer como pueblo. Y como país democrático.
Por Jorge Giles
Si las fuerzas de la democracia coinciden en este diagnóstico, es hora de unir voluntades para defenderla, sin condicionamiento alguno.
De acá al 7D. Y después también.
Estos momentos dejan al descubierto tanto a los demócratas como a los que comulgan, por acción u omisión, con actitudes antidemocráticas.
El desarrollo de los acontecimientos desatados por un imperdonable “error” administrativo de las jefaturas de Gendarmería y Prefectura ya desplazadas, abrió paso a una dinámica de crisis que fue mudando de forma y contenido según pasaban las horas.
Cuando esto ocurre, dice la experiencia, es porque hay una comandancia externa a los actores intervinientes que azuza el fuego del enfrentamiento.
¿Adivine quién es y desde dónde opera esa comandancia ilegal, golpista y destituyente?
¿Clarín, La Nación, TN, Radio Mitre quizás?
Hubo un antes y un después, en horas del mediodía, con un principio de solución efectiva anunciado por el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
Todo indicaba que, reconocida la “avivada” de los anteriores jerarcas para asegurarse la amplitud salarial en su provecho y en desmedro de los que menos ganan, cuando el decreto en cuestión justamente garantizaba que esto no ocurriera y, asegurado el resarcimiento del pago efectivo a los uniformados en las próximas horas, la protesta se levantaría y la paz social no se vería alterada en absoluto.
Pero no pasó esto. Pasó todo lo contrario. Recrudecieron las protestas, las advertencias y las amenazas por parte de algunos de los miembros de Gendarmería.
Esa nueva fase es la que expresa con toda elocuencia la acción destituyente.
La conferencia de Macri tiene varias lecturas. ¿Se ubicó como socio de los insubordinados y los llamó a regresar a casa?
¿Todo fue un ensayo general, quizás? ¿Fracasó el efecto dominó que esperaban? ¿Es una convocatoria armada para el próximo cacerolazo? ¿Por qué había entre los uniformados, carteles en apoyo a Seineldín, a TN y a Canal 13?
Hay que indignarse en nombre de la democracia.
Hay que denunciar a los responsables. Hay que sumar fuerzas rumbo al 7D.
Pero al mismo tiempo hay que manejarse con la paz y la sabiduría democrática construida en todos estos años.
Hay, además, una tarea colectiva que debemos encarar ya: memorizar los nombres de todos los que, en esta hora, optaron por la complicidad criminal de ubicarse al lado de los destituyentes.
“Con la democracia no se jode”, dicen desde Unidos y Organizados. Y con otras palabras lo dijeron diputados de distintas expresiones. Y los Organismos de Derechos Humanos.
Que esta coyuntura nos sirva para crecer como pueblo. Y como país democrático.
Por Jorge Giles