Por José Cornejo
El 16 de octubre, Hugo Moyano discutió con su ex abogado, el diputado nacional Héctor Recalde. Fue en el tratamiento en comisión del proyecto de la nueva ley de Riesgos del Trabajo.
Moyano le endilgó haberlo invitado a presenciar un proyecto ya consumado y lo trató de “servil”. A su costado, el secretario de Judiciales Julio Piumato y de UATRE Gerónimo Venegas, pontificaban “qué debería hacer un peronista” y por detrás una barra de camioneros (entre los que estaba el hijo Pablo) también espetaba descalificaciones a Recalde. Y cuando el abogado comenzó su respuesta “al compañero Moyano”, estos se retiraron continuando los epítetos. Lo hizo ante las cámaras, montando un show que ocupó la agenda mediática del día.
La nueva ley tiene elementos deslucidos (como ser parte del fuero civil en vez del laboral) y otros interesantes, como terminar con el negocio de algunos abogados. Una ventaja poco conocida es que garantiza un piso de indemnización a quienes no tienen acceso a la justicia, como suele ocurrirles a los trabajadores más vulnerables. Claramente, el moyanismo tiene saldada esta discusión, al considerarla entre las peores legislaciones existentes. No todos piensan así, dado que Juan Carlos Schmid, secretario de Dragado y Balizamiento, ha expuesto posiciones más moderadas.
Más allá de la controversia, supóngase que efectivamente esta es la peor ley laboral de la historia argentina. ¿En qué se benefician los trabajadores del acting de Moyano? ¿Las imágenes, que se mostraron durante todo el día, otorgan algún tipo de claridad conceptual? Sumado a esto: la pelea pública con su ex escudero legal, ¿lo fortalece a Moyano? Haber perdido al abogado laboralista más experimentado de la Nación, ¿fortalece al campo popular?
El moyanismo ha sido un digno representante de una fracción del campo popular. Y algunos de sus reclamos son válidos: que las grandes empresas repartan ganancias o las denuncias de tercerizaciones. Pero sus últimas acciones son desopilantes: pedir por la inseguridad, reclamar junto a personal armado insubordinado, desmovilizar a la Juventud Sindical, defender el misterioso origen de los hijos de Ernestina Noble y ahora desacreditar referentes laborales con su misma tradición biográfica.
No es Clarín, el gobierno nacional o Recalde quien se beneficia con los incomprensibles desplantes de Moyano. El principal ganador es, ¿cuándo no, cuando se trata de un líder obrero?, la patronal.
Fuente: Agencia Paco Urondo
El 16 de octubre, Hugo Moyano discutió con su ex abogado, el diputado nacional Héctor Recalde. Fue en el tratamiento en comisión del proyecto de la nueva ley de Riesgos del Trabajo.
Moyano le endilgó haberlo invitado a presenciar un proyecto ya consumado y lo trató de “servil”. A su costado, el secretario de Judiciales Julio Piumato y de UATRE Gerónimo Venegas, pontificaban “qué debería hacer un peronista” y por detrás una barra de camioneros (entre los que estaba el hijo Pablo) también espetaba descalificaciones a Recalde. Y cuando el abogado comenzó su respuesta “al compañero Moyano”, estos se retiraron continuando los epítetos. Lo hizo ante las cámaras, montando un show que ocupó la agenda mediática del día.
La nueva ley tiene elementos deslucidos (como ser parte del fuero civil en vez del laboral) y otros interesantes, como terminar con el negocio de algunos abogados. Una ventaja poco conocida es que garantiza un piso de indemnización a quienes no tienen acceso a la justicia, como suele ocurrirles a los trabajadores más vulnerables. Claramente, el moyanismo tiene saldada esta discusión, al considerarla entre las peores legislaciones existentes. No todos piensan así, dado que Juan Carlos Schmid, secretario de Dragado y Balizamiento, ha expuesto posiciones más moderadas.
Más allá de la controversia, supóngase que efectivamente esta es la peor ley laboral de la historia argentina. ¿En qué se benefician los trabajadores del acting de Moyano? ¿Las imágenes, que se mostraron durante todo el día, otorgan algún tipo de claridad conceptual? Sumado a esto: la pelea pública con su ex escudero legal, ¿lo fortalece a Moyano? Haber perdido al abogado laboralista más experimentado de la Nación, ¿fortalece al campo popular?
El moyanismo ha sido un digno representante de una fracción del campo popular. Y algunos de sus reclamos son válidos: que las grandes empresas repartan ganancias o las denuncias de tercerizaciones. Pero sus últimas acciones son desopilantes: pedir por la inseguridad, reclamar junto a personal armado insubordinado, desmovilizar a la Juventud Sindical, defender el misterioso origen de los hijos de Ernestina Noble y ahora desacreditar referentes laborales con su misma tradición biográfica.
No es Clarín, el gobierno nacional o Recalde quien se beneficia con los incomprensibles desplantes de Moyano. El principal ganador es, ¿cuándo no, cuando se trata de un líder obrero?, la patronal.
Fuente: Agencia Paco Urondo