martes, 29 de abril de 2014

Lo ques es tener el culo sucio

El editorial de La Nación de ayer (completo acá) giró sobre el proyecto que presentaron en Diputados Héctor Recalde y Julián Domínguez para crear una comisión bicameral que investigue las complicidad del poder económico con la última dictadura.

Solitos se ponen el sayo, aunque los autores del proyecto los mencionan (como no podría ser de otro modo) como uno de los grupos económicos y mediáticos que apoyaron a la dictadura, a cambio de negocios: en el caso de la tribuna de doctrina (junto a Clarín y La Nación), hacerse con el control de Papel Prensa.

Un caso en que la justicia (con dificultades de todo tipo) ya está trabajando, y los fiscales reclaman las indagatorias de Magnetto, Ernestina y Bartolomé Mitre.

El editorial está en la misma línea de reclamo por preservar la impunidad que los llevó hace poco a cerrar filas en defensa de Vicente Massot; otro cómplice (socio e ideólogo más bien) de la dictadura que hoy está rindiendo cuentas ante la justicia.

Y ensaya una búsqueda de solidaridades (como por ejemplo con la iglesia católica) para no quedar solos en el reclamo; así como una inverosímil comparación con el nazismo, cuando justamente de lo que se trata es de investigar las complicidades de los socios de la variante argentina de un experimento típicamente nazi; como fue la última dictadura.

El diario de Mitre, que no tuvo empacho en apoyar las "juntas de investigación patrimonial" de la Libertadora, y la CONAREPA de la dictadura videlista, ahora está preocupado por una supuesta "caza de brujas".

Al punto que dice: "Es difícil tomarse en serio el proyecto de Recalde, si no fuera por las gravísimas implicancias que la mera presentación de éste tiene"; pero se lo toma en serio justamente por sus implicancias, que no son justamente institucionales.

Porque no son las instituciones las que tienen que temer que se haga justicia, sino los que tienen el culo sucio. 

Fuente: Nestornautas