Leemos en el opositor Infobae, que el Jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, desarrolla, desde las 11:30 horas, su informe de gestión en la Cámara de Diputados con la ausencia de los bloques opositores.
Ni los diputados del FAUNEN; ni los del pro; ni los del FR, participan de la sesión, aduciendo, según propias palabras del jefe de bloque de la UCR, Mario Negri, que no quieren “escuchar larguísimos monólogos que no responden nuestros – léase sus- interrogantes”.
Tal parece entonces, que los campeones del dialogo y el consenso, que todo el año piden a gritos que sus respondan sus cuestionamientos, eligen no aprovechar la instancia legítima y legal para dar el debate político y preguntar sus inquietudes, utilizando una argucia argumentativa.
Una argucia, porque en realidad lo que a ellos les molesta, es que el Jefe de Gabinete no diga lo que ellos quisieran que diga, es decir, no de un discurso apocalíptico de la realidad nacional, que es en definitiva, el discurso que ellos toman como propio.
Nunca se creyeron eso que pregonan sobre el dialogo y el consenso, porque el espacio para dialogar y encontrar consensos, no es otro que el Congreso al cual asisten en muchos casos esporádicamente.
No se dialoga institucionalmente en sets de televisión o radio, lugares que visitan con bastante más asiduidad que al que deberían si quisieran honrar a sus votantes.
De la misma forma, tampoco se dan excusas falaces cuando se tiene tanta supuesta vocación de dialogo.
Excusas que en realidad lo que perpetran es la negación del otro, y por consiguiente, del debate político.
Fuente: Columna Norte
Ni los diputados del FAUNEN; ni los del pro; ni los del FR, participan de la sesión, aduciendo, según propias palabras del jefe de bloque de la UCR, Mario Negri, que no quieren “escuchar larguísimos monólogos que no responden nuestros – léase sus- interrogantes”.
Tal parece entonces, que los campeones del dialogo y el consenso, que todo el año piden a gritos que sus respondan sus cuestionamientos, eligen no aprovechar la instancia legítima y legal para dar el debate político y preguntar sus inquietudes, utilizando una argucia argumentativa.
Una argucia, porque en realidad lo que a ellos les molesta, es que el Jefe de Gabinete no diga lo que ellos quisieran que diga, es decir, no de un discurso apocalíptico de la realidad nacional, que es en definitiva, el discurso que ellos toman como propio.
Nunca se creyeron eso que pregonan sobre el dialogo y el consenso, porque el espacio para dialogar y encontrar consensos, no es otro que el Congreso al cual asisten en muchos casos esporádicamente.
No se dialoga institucionalmente en sets de televisión o radio, lugares que visitan con bastante más asiduidad que al que deberían si quisieran honrar a sus votantes.
De la misma forma, tampoco se dan excusas falaces cuando se tiene tanta supuesta vocación de dialogo.
Excusas que en realidad lo que perpetran es la negación del otro, y por consiguiente, del debate político.
Fuente: Columna Norte
