jueves, 24 de julio de 2014

Israel en la Franja de Gaza

651 muertos y más de 4.050 heridos, de los cuales el 74% son civiles según estimaciones de la ONU, es el saldo que viene dejando el ataque del Estado de Israel en la Franja de Gaza con bombardeos e intervención terrestre incluida, en las últimas semanas.
A ello se suma, la catástrofe humanitaria existente, una vez más profundizada con la ofensiva en el territorio más poblado de la tierra, que no hace más que dar cuenta de la profunda desigualdad en un conflicto iniciado desde la implantación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948.
En esa fecha, las potencias decidieron arrebatarle a los palestinos lo que ya era tierra arrasada por múltiples conflictos, para “invitar” al pueblo judío a mudarse de la vieja Europa a lo que alguna vez llamaron Canaán.
La implantación del Estado de Israel, fue un capítulo más en la lucha por el control de esos territorios, codiciados por la fe desde la antigüedad, y ahora por su potencialidad en tanto enclave estratégico; razón fundamental por la cual Estados Unidos ha sostenido y fortalecido a su aliado en todos los conflictos, y en especial, en el que hace a la subordinación y exterminio del pueblo palestino.
Esta ofensiva en Gaza, argumentada desde el demonio teórico del terrorismo - llámese Hamas ahora, y recuérdese que cuando fue la vía democrática la que depositó a referentes de esa organización al frente de la Autoridad Palestina, el autodenominado “Mundo Libre” hizo lo imposible para que se les clausure aquella-, no es más que otro capítulo de una historia de horror que se repite.
Se repite porque la correlación desigual de fuerzas se mantiene estable y porque Israel no contempla otras alternativas.
Se repite porque dejando de lado la tibieza de la ONU en sus declaraciones; tibieza que no hace más que confirmar la necesidad de profundos cambios para ella, el autodenominado “Mundo Libre” con su gerente, Barack Obama, mira para otro lado, cuando no justifica y avala.
Se repite y en este contexto político internacional, todo se encamina a que volverá a repetirse, porque este Israel se muestra incapaz de dar un salto hacia la construcción de futuro y se resigna a no ser más que un aliado de Estados Unidos en Oriente Medio.

Fuente: Columna Norte