Se trata de empresas que falsearon datos y evadieron más de 1200 millones de pesos, y por las cuales ya existen más de 750 causas judiciales.
Desde luego, este tipo de información no suele cubrirse con la lógica del show y la inmediatez que se cubren los casos de la denominada inseguridad.
En el mismo sentido, tampoco se habla de ello cuando se pretende abordar esta problemática; de hecho, nunca se lo presenta como parte.
Sin embargo, cuando hablamos de la evasión multimillonaria, estamos hablando de robos inigualables, contra el Estado; es decir contra el patrimonio de todos los argentinos.
Entonces, resulta obvio pensar que este tipo de accionar delictivo no es distinto de otros por lo que le cabría el mismo rótulo; algo que no sucede porque el foco no está puesto en la acción sino en la victima y el victimario – Estado y empresas privadas-.
Ahí reside la diferencia cualitativa que choca de lleno con la visión subjetiva titulada inseguridad, que no por su subjetividad, deja de presentarse como una problemática diaria que se ve profundizada cuando ocurren este tipo de hechos de la otra inseguridad.
Profundizada porque con esta otra, se atenta contra el Estado y se lo desfinancia.
Fuente: Columna Norte
