martes, 18 de octubre de 2011

Salvo Macri...

Las salvedades de Macri para salvar a la derecha son insondables. Tiernamente insondables. Tanto que, cuando se acerca la mirada, no son "las salvedades de Macri" sino las salvedades que hay que hacer con Macri.
Consuelo de tontos, la derecha tiene, más que el deber de asumirse (asunto que sólo desvela negativamente al poco activismo sincero que la rodea) el deber cívico, institucional, republicano y constitucional de organizarse. La propia consolidación de la democracia y el fracaso de las operaciones destituyentes, puede, quizás, llevarlos por ese camino. Por el camino que hoy no muestran voluntad de transitar.
Por ahora, tras las únicas catástrofes que Pepe Payaso y Ratontita no pudieron predecir, Felipe Solá y Carrió o Carrió y Felipe Solá, la catástrofe de ellos mismos, Macri expresa esa visión de una derecha presentable.
En el sentido ritual, minimalista, de meramente persistir.
No es mucho, ya sé. Pero todos los dirigentes políticos venden su alma por apenas persistir durante los días difíciles.
Con un simpático partido vecinal, portuario, con buena recepción cultural, que no electoral por ahora, en las zonas ricas del país, sobre todo en la Pampa Húmeda. Un apodo: Mauricio, un asesor, una esposa, un capital simbólico, muy atlético, macanudo.
La dimensión cultural en las zonas más ricas del país no es un elemento a minimizar, más allá de la vagancia de Macri para construir algo con eso. "Eso" expresa la buena elección de Binner, que es mala según cualquier análisis serio, pero es buena elección teniendo en cuenta que queremos ser buenos.
Se llame "progresismo moderno", "eficiencia y tolerancia", "centrismo moderado sin conflictos" lo que expresa Binner, es hoy la derecha eficaz y posible. El camino que transite, es el que a Macri se le puede abrir. Por varias razones:

1) Binner quedará con un bloque legislativo menor pero mayor ascendiente en el electorado de cultura radical.

2) Binner quedará sin territorio, dado que la picardía para que gane la gobernación santafesina Bonfatti, el mamarracho de la boleta única, derivó en un esquema institucional que tiende a la ingobernabilidad y por tanto a la necesaria búsqueda de consensos reales a partir de la salida de Binner. Traducido a la política concreta: la dilución en Santa Fe del liderazgo partidario y gubernamental de Binner, o la ingobernabilidad de la provincia. Encrucijada, señora, populista, sí, pero es lo que hay.

3) El interbloquecito de monotributistas políticos que se colgaron de Binner para su aventura electoral, no tiene ningún interés en seguir su liderazgo. La renovación de bancas -condimento necesario para renovar la política, según esta óptica- recién ocurrirá en 2013, y la larga experiencia de décadas en ser lo nuevo en la política lleva al monotributismo político a nunca presentarse bajo la misma boleta sábana. ¿Por qué, bajo qué incentivos, modificar esta conducta, si hoy no tienen (como sucede desde Chacho Ávarez a esta parte) una dirección o direccionalidad política?

4) Binner quedará a una distancia (sideral) mayor de la ganadora que de sus inmediatos competidores. O sea, si el segundo puesto no vale nada, con esta situación, menos todavía.

5) La edad de Binner es un elemento importante. Lo nuevo y renovador le llegó, lamentablemente, recién a los 69 años.

Macri, en cambio, tiene algunas ventajas importantes para representar el electorado de Binner, sumar la cultura radical y quedarse con un sector del peronismo conservador.

1) Tiene una buena gestión para mostar, durante 4 años, que puede organizar el combo de conservadurismo económico y progresismo en derechos individuales, que hoy expresan tanto Macri como Binner y que explica, además de otros factores, la debilidad nacional de la UCR. Este combo es la clave de lectura de un gorilismo aceptable social y culturalmente.

2) Macri no gobierna alienado a la autoreferencia portuaria, tan común en parte de sus votantes y de los votantes opositores. Es vago, Macri, frívolo, pero serio, a la hora de gobernar. Al igual que Binner, es serio gobernando (Binner no es vago ni es frívolo, más allá de su sólida falta de formación cultural). Esto le permite potencialmente representar los intereses estancieros de los empresarios primitivos de la Pampa Húmeda -y su potente y hegemónico (en el sentido riguroso del término) relato cultural- tanto como el capital de servicios, más dinámico y presentable, que derrama de la copa de la soja hacia el puerto. En este combo, entran los intereses de los medios de comunicación concentrados, claro.

3) El buen gobierno de Cristina le permite a Macri nunca tomar ni mostrar definiciones importantes como el precio del dólar, la política económica, las relaciones exteriores, etc, tanto como las definiciones audaces del kirchnerismo le permiten por default ser la esperanza blanca de la curia, el duhaldismo residual, los jerarcas de la represión, los especuladores financieros más enajenados, los dueños de la moral y el diccionario yepublicano, etc.

4) Si Macri supera los análisis que, mezclando novedosa estupidez y ancestral gorilismo, le mostraban un "peronismo del interior" dispuesto a ungirlo como candidato, puede avanzar en la construcción del 50% que no vota a Cristina, y nada indica, además, que las coordenadas ideológicas que hoy mueven mayorías, acá y en la región, no vayan a cambiar tras o por la crisis económica en los países centrales. El futuro, nunca está escrito. Pero es evidente que no podía buscar peronismo donde ya había -bajo el ancestral gorilismo de considerar al kirchnerismo como un dato pasajero, no auténtico, irremediablemente mentiroso, etc, etc- ni la novedosa estupidez de que se puede armar un partido político nacional prescindiendo de lo real disponible, ambos presupuestos que además de ser errados depositaban la dinámica de la estrategia por fuera de las acciones propias.

Con todas esas salvedades, recién entonces, hoy, aquí y ahora, Macri puede construir una digna candidatura que lo deposite en un decoroso segundo lugar de las presidenciales. Sin capacidad para dejar alguna sucesión en la intendencia porteña, al riesgo, cierto, de perderlo todo.
Pequeñas salvedades.

Fuente: http://lucascarrasco.blogspot.com/