jueves, 26 de enero de 2012

Cristina volvió cristinizada

"Cristina volvió recargada, embistió contra las petroleras la prensa, los gremios y la oposición". Cristina volvió como se fue: embistiendo. Cristina va por la vida a los empujones, a los pechazos. Sí, va así, y se me ocurre que por eso muchos la votan. También por su apego al laburo, eh. Otra persona en su lugar capaz se tomaba unos días de descanso en alguna playa lejana, pero ella no. Ni bien estuvo en condiciones de volver a la gestión, lo hizo. Cosas que anota el pueblo, el que sólo la vota, el que la ama, el que la vota porque le garantiza gobierno aunque no le guste nada y el que decididamente se amargó cuando se supo que no tenía cáncer. Todos anotan estas cositas de ella.

Cristina volvió cristinizada, mostró en su retorno estar repleta de Cristina y que tiene Cristinas para rato. Volvió odiosamente exacta, si al mismísimo comienzo del acto corrigió a la locutora (amo esa voz de whisky) que dijo "Fiorito". Cristina hizo un gesto y con ese dedito que le jode al chueco Suar le dijo "Villa Fiorito".. Volvió barrial, al reírse de sí misma por decir que "por primera vez perforamos el siete"; volvió mordaz al decir que si no mostraba la cicatriz, Clarín titularía "Esta no se operó". Y volvió contundentemente simple cuando clavó "Sintonía fina significa que se terminó la avivada"

Volvió, comunicó, marcó la cancha y como siempre ocurre, me fui a mi cuarto con el mate y me senté para verla desde cómo bajaba del helicóptero, cómo entraba a Casa de gobierno y el resto. Como si fuera la primera vez pero también como una costumbre, porque por un lado la quiero mucho, muchísimo, pero además la siento cómplice, la presiento cagándose de risa de las mismas cosas que me río yo. La sé dura, económica en eso de la simpatía, pero la veo en la misma frecuencia. Cristina me expresa pero además me enseña. Cada discurso suyo me ensaña algo, y estos no son detalles menores. Que un señor de 51 años, a esta altura del proceso K se instale como un fan a ver el retorno de su presidenta dice muchas cosas, la principal es que hay un vínculo afectivo de al menos un tercio de la población con Cristina que es verdaderamente cosa seria. En un momento del acto pensé en esto, pensé en el vacío que tienen los que no aman a su referente, en los que votan sin besar la boleta, bah, pensé yo mismo en otros votos míos.

Cristina volvió llena de Cristinas y el país suspiró, aliviado.

Publicado por Gerardo Fernández

Fuente: Tirando al medio