miércoles, 15 de febrero de 2012

El genocida Jorge Rafael Videla reivindicó a la dictaura y dijo que está “pagando los servicios prestados a la patria”

“Aquí no hay justicia, sino venganza”

En un reportaje, el genocida Jorge Rafael Videla, quien cumple con prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, reivindicó a la dictaura y dijo que está “pagando los servicios prestados a la patria”, en el marco de una “venganza”. Además dijo que hoy en Argentina “las instituciones están muertas”.


Videla, en cuyo gobierno se disolvió el parlamento y se asesinaron e hicieron desaparecer a miles de personas, opinó que en la actualidad el Gobierno nacional “sigue una política gramsciana que esta gente cumple de punta a punta, disuadiendo a unas instituciones que han tomado como rehenes, creando desaparecidos que nunca existieron y vaciando de contenidos a la Justicia.”

Y añadió: “Hoy la República está desaparecida, no tiene Justicia porque la que tiene es un esqueleto sin relleno jurídico; Hoy las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón.”

El genocida hizo estas declaraciones durante un reportaje que le hizo la revista española Cambio 16 en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario, ubicado en Campo de Mayo. Actualmente, el militar cumple en ese penal su condena perpetua por la causa en la que se lo encontró responsable del asesinato de 31 presos políticos en 1976.

Respecto a los juicios a genocidas de la última dictadura que comenzaron en 2007 en todo el país, el represor opinó: "Son todos juicios políticos, como parte de esa venganza, de esa revancha, como parte de ese castigo colectivo con que se quiere castigar a todas las Fuerzas Armadas", sostuvo.

Videla defendió su accionar durante la dictadura tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976, al sostener que “de hecho y de derecho, el país entra en una guerra”.

“No salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos. Estamos preparados, como militares, para matar o morir, estábamos en una guerra ante un enemigo implacable, aunque no mediara una agresión formal, estábamos en una lucha”, justificó.

Sosteniendo la teoría de los dos demonios, el militar dijo que el gobierno actual “se niega a reconocer sistemáticamente que existieran víctimas del otro lado. Fíjese que hasta en el gobierno de Menem había paridad y cierto respeto a las fuerzas de las dos partes que lucharon o se enfrentaron en aquellos años, incluso emite varios decretos que tienen una dirección simétrica hacia las dos partes. Reconoce con exactos argumentos a las dos partes”.

En este sentido, añadió: “Pero el gobierno actual se ha caracterizado por la asimetría y nos ha considerado solo a nosotros como la parte beligerante, como el Demonio que tiene que ser condenado y encarcelado. El otro Demonio, los terroristas o los guerrilleros, no existen, eran simplemente "jóvenes idealistas".

Asímismo el represor se refirió nuevamente a la acepción del término de desaparecidos. “El tema es que el desaparecido no sabe donde está, no tenemos respuesta a esta cuestión. Sin embargo, ya sabemos quienes murieron y en qué circunstancias. También más o menos cuántos murieron, luego cada cual que invente sus cifras”, lanzó.

“Fue un error de nuestra parte aceptar y mantener en el tiempo el término de desaparecido digamos como algo así nebuloso; en toda guerra hay muertos, heridos, lisiados y desaparecidos, es decir, gente que no se sabe donde está. Esto es así en toda guerra. A nosotros nos resultó cómodo entonces aceptar el término de desaparecido, encubridor de otras realidades, pero fue un error que todavía estamos pagando y padeciendo muchos.”, agregó.

El genocida también habló de su vínculo con la cúpula eclesiástica durante la dictadura: "Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esa relación de colaboración y amistad", señaló sobre su vínculo con la cúpula eclesiástica. Solamente "una minoría no representativa", dijo, se dejó llevar "por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada a favor de un bando, de otras iglesias del continente".

Fuente: Redación Rosario