miércoles, 29 de febrero de 2012

No llegar

Por Gerardo Fernandez

Romper el corsé que dejó el neoliberalismo, esa es la clave. Si se lo hace, hay futuro, si no se va a fondo, tarde o temprano se tornará imposible seguir adelante. En cada área estratégica que uno enfoca encuentra contratos firmados con duración de décadas, legislaciones a favor de los concesionarios, etc. Al neoliberalismo le llevó seis décadas destruir el país que dejó Perón en 1955. En estos 9 años hicimos mucho para reconstruir, pero las tareas pendientes llevarán mucho más tiempo, mucha gestión y mucha audacia.

Y todo habrá que hacerlo en un contexto de demonización y con un avance en los niveles del odio gorila que, la verdad, día a día nos sirve para dimensionar porqué una fracción de la Argentina llegó a celebrar en su momento el slogan "Viva el cáncer". Si no nos perdonan que Cristina no tenga cáncer ¿Cómo no van a sobregirarse con una tragedia como la de una semana atrás?

Mi apuesta del día es a sostener que los gobiernos también tienen derecho a no llegar en tiempo y forma a todos los lugares donde hay necesidades. El punto es ver si no se llegó porque no se quiso, porque no se pudo o porque no se lo deseó. Según cómo cada uno analice la gestión del gobierno surgirán las respuestas. Mi punto es que estoy dispuesto a comprender porqué no se llegó e incluso dispuesto a perdonar si se cometieron errores, porque ahora resulta que todo el mundo tiene derecho a equivocarse menos un gobierno. No es así. No se puede ser implacable con un gobierno que ha tenido tantos aciertos, no se puede ser tan injusto. No puede ser tan injusto, en todo caso, el pueblo argentino de buena leche. Los otros no importan, los que están operando para sacarnos a patadas ya están desenmascarados y el gorilaje, el susanaviauvismo importa poco. Todo lo que sirva en contra nuestro les será bienvenido.

Ayer Cristina nos dijo que tenemos que estar unidos y esa es una gran verdad. Siempre que nos separamos se metió el antipueblo y así nos fue. Analicemos el presente, critiquemos y exijamos justicia, pero no olvidemos de dónde venimos y no dejemos de imaginar qué podría suceder a nuestro proyecto. A la vuelta de la esquina está el neoliberalismo que está haciendo estallar a Europa y que nos llevó puestos a nosotros hace poco, ese mismo neoliberalismo enquistado en cada contrato de concesión, en cada oficina, ese neoliberalismo que alimenta hasta ciertas izquierdas que estaban mucho más cómodas cuando gobernaba Menem.

Fuente: Tirando al medio