lunes, 24 de noviembre de 2014

Fracasó estrategia judicial del Municipio para desalojar a Tito

Tras varios meses de negociación para lograr que Eduardo Aguirre, Tito El Ciruja, se traslade del lugar que ocupa al oeste del enlace que lleva al aeropuerto, entre la ruta 9 y Avenida Illia, y en medio de conversaciones entre la Municipalidad y el apoderado de Tito, la intendenta Mónica Tomei y el secretario de Gobierno Gonzalo Miranda Aguiar reactivaron la denuncia penal al conocido ciruja de Funes por supuestos delitos de usurpación y de estelionato (ceder o vender algo que no es propio) que había sido contestada oportunamente por el representante de Tito, y conducida por éste, con acuerdo de la Fiscalía, al ámbito del "acuerdo de partes".
De manera sorpresiva, los municipales llegaron hasta la instancia de juicio oral, mientras se esperaba la decisión conciliatoria largamente conversada. Pese a la solapada maniobra, la jueza interviniente no hizo lugar a la solicitud planteada de desalojo y destrucción de las viviendas de los asentados con Tito, e instó "a las partes a la conciliación", resolviendo en su sentencia del 14 de noviembre: "No ha lugar a la destrucción y remoción de los materiales peticionados por el Ministerio Público de la Acusación en los terrenos mencionados oportunamente", en relación al pedido del fiscal.
Con la intervención eficaz de su apoderado, Tito resistió la acción judicial promovida por el Municipio.


Tito enfrenta la pelea más difícil

Luego de 47 años de cirujeo en la ciudad, Eduardo Aguirre, Tito El Ciruja, fue denunciado por la Intendencia y estuvo a un paso de ser desalojado de los terrenos que ocupa en la zona del enlace al aeropuerto, en la intersección con ruta 9. El contrapunto, que llegó a la Justicia, se produjo en medio de una negociación que llevaba adelante el histórico ciruja con el grupo inversor que pretende realizar en un terreno aledaño un complejo hotelero y comercial

En la época en la que ganaba buen dinero con el boxeo, Eduardo Aguirre, conocido como "Chocolate" en ese momento, Tito para todo Funes, compró dos terrenos en el barrio Villa Golf, "para fin de semana". Eran pequeños "lujos" que se daba el boxeador de la categoría liviano, que por ese entonces vivía en barrio Triángulo, en Rosario, y que pintaba para campeón.

Tras la llegada de su primera hija, su esposa no aguantó las peleas encarnizadas de aquella época y lo convenció de que abandonara el boxeo. "Dejé de pelear porque mi mujer decía que iba a quedar loco. Había peleas en las que terminaba con la cara a la miseria", recordó, en diálogo con La Verdad Funense. El dinero dejó de entrar como antes y Tito se mudó a Funes, al lugar que en principio iba a ser su "casa de fin de semana". Además, devolvió uno de los dos terrenos que había comprado, porque "ya no lo podía pagar".
Al separarse de su mujer (que sigue viviendo en el terreno de Villa Golf junto a siete de sus nueve hijos), consiguió asentarse en un lote cercano, donde criaba "de todo menos vacas", y desde allí salió a cirujear. "Mi hija tenía que comer, así que había que cirujear", recordó Tito, que se mantiene en esta actividad hasta el día de hoy, después de 47 años, con la complacencia de los vecinos de Funes, que no dejan de saludarlo y esperar su respuesta amigable, como cada día.
Cuando en 2009 se empezó a proyectar el enlace vial que conecta al aeropuerto Islas Malvinas con Avenida Illia, Tito tuvo que mudarse del lugar que ocupó por cuatro décadas, porque la obra arrasó con su casa y sus pertenencias. Vialidad Nacional le otorgó un nuevo terreno y lo indemnizó. Con ese dinero, construyó una pequeña vivienda, en un terreno que está muy cerca del anterior, apenas unos metros al oeste del enlace, al lado sur de la ruta 9.
En ese predio, como en los últimos 47 años, un coro de perros, caballos y gallinas le cantan el himno final a miles de objetos a medio morir que expulsa la ciudad, mientras Tito, con sus rosarios colgados al cuello y su sombrero de ala caprichosa, no deja de sonreír. Como un campeón.

"No me pudo echar porque la gente me quiere"

Sin embargo, desde hace un tiempo, la relación de Tito con el Municipio es tensa, en medio del interés de un grupo inversor en construir a pocos metros del lugar un complejo hotelero y comercial.
"Están por hacer un shopping acá, y mi presencia lo desprestigia. Yo entiendo. Primero vino la Municipalidad para avisarme que no podía hacer lo que hacía, y que me tenía que ir. Después vino el enviado del shopping y me preguntó si podíamos arreglar para que me fuera. Yo le dije que sí. Me iba mansamente, sin hacer pelea, pero ellos creyeron que yo pedía demasiado. Y yo lo que pedía era sólo un lugar para estar bien. Por eso ahora puse un profesional y cambiaron las cosas. A ellos los paró, porque me estaban echando", le dijo Tito a La Verdad Funense.
Tan tensa se tornó la relación con la intendenta, que lo denunciaron a la Justicia (ver aparte), en medio incluso de un proceso de negociación. "Ellos me querían sacar a la fuerza. Y como no podían con su propia fuerza pensaron que con la Justicia iban a poder. Pero mi apoderado le hizo entender que la denuncia no era como la presentaban", agregó Tito, y denunció persecución: "Venían todos los días, la COE, la Policía. No me querían dejar hacer el cumpleaños que festejo todos los años. Me tiraron dos camionadas de tierra para que los autos no pasen. Después vino la Policía. Yo no hice nada malo. Sólo quería festejar el cumpleaños".
"Yo no sé cómo era la maniobra de ellos. Yo tengo quinto grado. Con las manos vos te defendés de una persona, pero el estudio vale más que las manos. Si me tengo que ir me voy, porque sé que esto va a ser una ciudad limpia. Que me lleven al campo, pero que pueda vivir tranquilo. Lo que quiero es no molestar a nadie. Pero quiero que los que están conmigo también tengan su lugar", advirtió el ciruja, y finalizó: "Lo que pasa es que la señora intendenta desde el primer día me dijo que si ella subía yo me tenía que ir con el carro. Le dije 'bueno, écheme", pero no me pudo echar porque la gente me quiere".

"Si no lo frena el profesional, mi papá estaría en la calle"

Daniela, una de las hijas de Tito que participó de las negociaciones, en diálogo con La Verdad Funense, dijo sobre el motivo de las denuncias: "Hasta donde sé, lo denunciaron como que él vende los terrenos. Y no es así. Ellos hace tiempo que están. Y él siempre los mete en su casa, y por eso él decidió hacerles un lugarcito. Como ellos no querían rancho, la gente optó por hacerse de material. Mi papá se estaba haciendo una casita de material y lo frenaron".
Sobre la actitud de la Intendencia en relación a su padre, dijo: "Lo primero que pasó fue que nos empezaron a llegar actas de constatación. El jueves 24 de abril fue la primera, y fue la intendenta personalmente con la Policía y la COE. El sábado 27 fue la segunda acta, que vinieron la Policía y la COE. Después nos dijeron que teníamos que pedir permiso de obra. Después nos dijeron que no pidamos nada porque no se podía edificar. Después nos pidieron que alambremos y que no querían ranchos. Después nos dijeron que Tito no tenía que entrar más a Funes. Me molesta porque cuando Mónica Tomei se mudó, mi papá y mi marido fueron los que le sacaron la mugre con el carro. Y en ese momento no le molestó".
"A mi papá le ofrecían algunas soluciones. Y de repente apareció la denuncia. Lo hicieron ir a declarar como autor de delitos a la Fiscalía, y nos enteramos de que Gonzalo (Miranda Aguiar) había hecho una denuncia. Un dron había sacado fotos aéreas y ahí se enteró de que lo habían denunciado por la venta de terrenos. Eso lo frenó todo el apoderado defensor, si no mi papá estaría en la calle, porque tenía que desocupar el lugar ese día. La orden de desalojo la frenó el apoderado".