 |
| Cambiar algo para que nada cambie |
Hay veces en las que el ciudadano se cansa de la política por la falta de respuestas, por la falta de compromiso con el pueblo, por la poca sensibilidad social que tienen los dirigentes, y pide a gritos que se vayan todos, pide un cambio urgente.
Ayer, la mayoría de los funenses fueron desagradecidos e injustos con los dirigentes políticos que demostraron con propuestas y hechos concretos durante los últimos años, que estaban dando lo mejor por la ciudad, que estaban comprometidos con Funes.
El domingo la mayoría le dio la espalda a la militancia de los chicos de la UP; le dio la espalda al Dr. Eduardo Casim que tuvo 4 años muy potables en el Concejo, con muy buenos proyectos y que en su campaña mostró propuestas muy claras; y por sobre todo, le dio la espalda al Concejal Roly Santacroce, que fue el político local que más hizo y gestionó por Funes, por lo menos, en los últimos treinta años, y siendo solo Concejal, siendo solo dos años Concejal.
El Funense eligió de Intendente a un chico que no conoce la ciudad, que no recorrió los barrios fuera de los meses de campaña electoral, que vive en un barrio privado, que en sus dos años como Concejal no tuvo proyectos relevantes, que su campaña electoral fue carente de propuestas e ideas. Tal vez es honesto, tal vez es buena persona, tal vez hasta sea buen Intendente. Pero la realidad es que hasta el día de hoy, políticamente, no hizo nada por la ciudad.
El resultado de las elecciones locales de ayer, fue un golpe muy duro para la política local. Fue un golpe muy duro para los dirigentes locales que en mayor o menor medida, de diferentes maneras, y con diferencia de matices, le cambiaron o intentaron cambiarle la calidad de vida a mucha gente desde la política. Fue un golpe muy duro para quienes venían haciendo las cosas muy bien. Y fue un premio muy grande para quienes “hicieron política” solo repartiendo globos amarillos.
