El ministro de Energía, Juan José Aranguren está en problemas y hasta Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción lo admite: favorecer a la empresa de la que es accionista en el negocio de la importación de gas a Chile es de una alevosía llamativa, pero para el sistema de medios no merece ser destacado. Tampoco para ningún fiscal que, de oficio, se interese por este asunto.
El presidente del Banco de la Nación Argentina, Carlos Melconian reconoce que ha litigado contra nuestro país, en consonancia con Paul Singer y el conjunto de los fondos buitres. Su situación, por ende, es de una ambigüedad con ribetes de escándalo en cualquier país del mundo, menos para nuestra prensa libre y nuestra justicia.
El señor Mario Quintana, es director de Farmacity y CEO del fondo Pegasus. Ambas empresas adquirieron la friolera de 11.480.000 dólares a fines del año pasado y resulta que el a días de asumir como vicejefe de gabinete fue uno de los funcionarios intervinientes en la decisión del precio de referencia con el cual se cancelarían los contratos del Mercado a término de Rosario (ROFEX), conocido popularmente como Dólar Futuro. Esta información, junto a la denuncia que formalizaron un grupo de diputados, no tuvo tampoco el rebote esperado dada la gravedad de que un funcionario, de manera alevosa opere de los dos lados del mostrador a favor de los grupos empresarios a los cuales responde.
Mucho menos importante les resulta que nada menos que el presidente del BCRA esté procesado por la estafa del Megacanje de 2001 y ni hablar del “olvido” del excelentísimo señor presidente de la nación de 18 millones de pesos en un paraíso fiscal y las sociedades off shore descubiertas por una entidad internacional de prensa representada en el país nada menos que por el diario La Nacion y Canal 13.
No se trata, entonces, de montar una teoría de los dos demonios de la corrupción, porque ésta es siempre una sola y atraviesa transversalmente a sociedades y gobiernos. Se trata sólo de llamar la atención en que mientras sigue el show de excavadoras y perros olfateadores de billetes, se están desplegando una serie de acciones de gobierno que lesionarán por décadas el futuro de nuestro pueblo, pero de eso, de eso no se habla. Mientras tanto, se busca afanosamente instalar que los billetes de López podrían haber sido suministrados por Milagro Sala -lo cuál es un cierre perfecto para la operación en ciernes- y los diputados del Parlasur de Cambiemos se abstienen de votar la expulsión de ese cuerpo del ex secretario de obras públicas ¿Será, acaso, que están cambiando figuritas con el reo, buscando acotar sus declaraciones de modo de no ventilar la nómina de empresas “a las que les interesa el país” que lo adornaron?
La fosa más preocupante es la que se ha cavado en el sentido común de muchos argentinos que parecen no poder cortar la adicción por el reality de un montaje audiovisual que mata la abstracción, infecta la razón y entumece la inteligencia.
Fuente: Gerardo Fernandez