Vi el discurso de Cristina de anoche, me gustó, se mostró con los brillos de siempre y volvió a dejar flotando lo que en este blog se viene repitiendo hace rato, referido a que no se presentará a candidatura alguna. Es que pocos han valorado la potencia de legitimación que le significó irse del gobierno sin ningún fuero ¿Recordamos la sarta de inventos que se lanzaron en 2015, diciendo que iría como candidata a diputada, para cubrirse ante la catarata de denuncias que recibiría? Bien, Cristina les hizo pito catalán por enésima vez y se fue sin ninguna protección, sabiendo que sabuesos como Bonadio le harían la vida imposible. ¿Y qué actitud tomó la ex presidenta? Cumplir punto a punto cada convocatoria judicial, transformando en muchos casos esas citaciones en espacios de acumulación, trocando demanda por empoderamiento, y así llegó a este momento en donde sigue siendo la principal referencia política del país. Y por eso las usinas del macrismo la quieren en la cancha para jugar el juego que ya en posteos anteriores hemos relatado, pero Cristina demuestra que sigue con el timming justo para no pisar ese palito, por eso se les escapa y por eso es cada vez más cierto que no será candidata ¿Para qué, luego de dos mandatos y de haberse retirado con Plaza de Mayo repleta? Cristina volverá a presentarse sólo cuando vea condiciones para revalidad aquella victoria de 2011 con guarismos similares y si no se guardará para quedar en la historia no sólo con 54 % sino con lo logros de esa gestión (también con los déficit, obvio, pero lógicamente siempre se apoyará en los primeros)
El punto es que ante la cada vez más evidente retirada de Cristina, pero sólo en lo referido a integrar una lista, el problema empieza a estar -como también lo venimos diciendo- en el conjunto de lo que supo ser el FPV, en su capacidad de reorganización, de debate interno y fundamentalmente en ser capaz de llevar adelante una elección interna donde se expresen los afiliados y adherentes del espacio y sean ellos quienes ordenen la lista, definiendo qué sector la encabeza y qué sector acompaña desde la derrota, pero con lo pies dentro del plato. Y ante esto no hay excusas: si no somos capaces de bancarnos una interna sin romper, la verdad, estamos en el lugar equivocado y ratificaremos que no estamos a la altura de lo que la política de mayorías reclama.
En CABA somos el 20 % del padrón y, la verdad, nada nos indica que crezcamos este año; en Mendoza venimos para ser segundos cómodos; en Córdoba ¿Terceros con suerte?; en Santa Fe, nuestro mejor candidato -más allá que nos guste o no- ya es senador y no tiene que renovar. Hablo de Perotti. Está el Chivo caminando a lo loco y está bien que lo haga, pero, viene en una remonta de muy abajo. Ojalá crezca más de lo estimado, de verdad. Y en la provincia de Buenos Aires, donde se libra la madre de todas las batallas, nos encontramos con una gobernadora que cuenta con un capital robusto en términos de imagen (siendo que su gestión, hasta ahora, no se diferencia de las anteriores, o sea que no es nada del otro mundo) pero cuenta con el cuchicheo de las comadres, hartas de peronistas que durante 28 años gobernaron pero sin transformar la realidad de estrechez, de inseguridad, y de “más de lo mismo” conocido. Por eso el desafío es enorme, porque estamos obligados a ganar en el distrito donde Cambiemos tiene nada menos que a la figura con mejor imagen de todo el país… El desafío no es poca cosa. Pero estamos condenados a afrontarlo, sin divismos, sin fanclubs y con mucha, muchísima política, porque si no politizamos a fondo al peronismo y sus satélites tenemos la derrota asegurada.
Está en nosotros, está en ser capaces de crecer porque sólo si triunfamos tendremos la suficiente fortaleza para convencer a Cristina de que vuelva en 2019. Si, por el contrario, somos derrotados, si Macri logra ganar la PBA luego del ajuste, de la pérdida de derechos y de los despidos, si a pesar de eso el pueblo le llega a ofrendar una nueva victoria, la verdad es que nos sobrará tiempo para lamernos las heridas y para recordar cada vez con más nostalgia que hubo un tiempo que fue hermoso y que por varios años no volverá…
Fuente: Web de Gerardo Fernandez