martes, 6 de septiembre de 2011

Disputar la palabra para seguir creciendo

Por Sergio Fernández Novoa *

Esta vez tuvieron que admitirlo. No es posible cambiar de reglas en medio del juego y ya no hay tiempo de debatir en el Congreso Nacional el sistema de boleta única. Hasta los legisladores opositores aceptaron que no tenían consenso.

Sin embargo la embestida se intentó. En primer lugar buscaron instalar que había existido fraude en las elecciones primarias. Como tantas otras veces, la oposición siguió la línea que los medios marcaron y aprovechó cada micrófono para denunciarlo.

La maniobra quedó expuesta con la difusión de los resultados del escrutinio definitivo y los “errores” denunciados resultaron estar dentro del margen habitual en elecciones nacionales. El aspecto saliente fue que la fuerza más perjudicada resultó ser el oficialismo, justamente a quien apuntaban las “denuncias”.

Cristina Fernández de Kirchner fue la candidata que más votos recuperó en ese recuento que de todos modos no cambió el resultado de manera sustancial, ni siquiera se modificaron los ajustados márgenes que separaban a algunos candidatos. Se confirmó que Duhalde no pudo, pese a sus pronósticos, desplazar del segundo lugar a Alfonsín.

Otra vez insistieron con la estrategia que recibió el repudio de las urnas. Los medios concentrados escriben el libreto y los candidatos se escudan detrás de ellos para no mostrar su carencia de políticas alternativas al oficialismo.

Después, el reclamo airado al ministro del Interior, Florencio Randazzo, por haber tenido la osadía de exponerlos en sus falacias. La retirada de la Casa Rosada insultando y con un portazo. Y otra vez la victimización, la sobreactuación que necesita utilizar al gremio patronal. Apelan a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) -habitual vocero de los pretendidos dueños de la palabra- mientras ven cómo el voto popular revalida a los gobiernos democráticos que
sostienen a la región de pie y en crecimiento en medio del vendaval.

Tanto es el interés en defender su libertad de empresa, que nada publican –como no sea para descalificar y desvirtuar- sobre el crecimiento de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias (ULAN). En Quito, debatimos esta semana estrategias para disputar el relato hegemónico de estas horas en que la unidad del continente comienza a plasmarse también en la palabra. Es la hora de la UNASUR de la comunicación.

Así la definimos quienes participamos de esta maravillosa aventura de informar según nuestros intereses, a contramano de las corporaciones y monopolios trasnacionales.

Este nuevo intento de deslegitimar una elección popular y transparente demuestra cuán urgente es abrir nuevos caminos para que se garantice el derecho a informar e informarse. Los pueblos tenemos que ser parte del proceso de reconstrucción de nuestra identidad tras la ola neoliberal que arrasó con la región en los ´90 y que privatizó la palabra.

Tal vez haya sido porque el resultado desnudó la maniobra. Tanto por la contundencia del resultado como por los datos de la justicia electoral. O quizá por la decisión política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en disputar los sentidos para hacer posibles las políticas de redistribución con el apoyo mayoritario, que optaron porla sobreexposición de una tragedia.

Estos verdaderos dispositivos mediáticos, una vez más demostraron que no en vano han transitado durante décadas este camino. Rápidos de reflejos reorientaron la agenda hacia el tema que apareció omnipresente en los últimos días, la desaparición de Candela Rodríguez.

Muy pocos casos ofrecen perfiles emotivos para sostener una virtual cadena. Tan dolorosa y dramática situación, fue utilizada para salir del atolladero en el que se habían metido, sin tener que dar explicaciones por la enorme cantidad de inexactitudes publicadas.

Por ello resulta esencial continuar el avance en la construcción de una comunicación alternativa a la de los poderes fácticos. Como decía Federico Fasano en el encuentro de agencias de noticias de San Carlos de Bariloche: “No nos sirve un inmenso océano de información con sólo
15 centímetros de profundidad”. Necesitamos torrentes informativos que profundicen en la dirección de la mayoría de nuestro pueblo. Y lo estamos haciendo.

* Presidente de ULAN y Consejo Mundial de Agencias de Noticias. Vicepresidente de Télam

Fuente: Diario Registrado