jueves, 1 de septiembre de 2011

La deslegitimación como instrumento político

A esta altura de los acontecimientos está más claro que nunca que el objetivo central de Clarín y La Nación es que el país llegue a las elecciones presidenciales de octubre con su sistema electoral seriamente deslegitimado.

Como han comprobado que no hay modo de derrotar a Cristina Fernández de Kirchner, trabajan en esmerilar el acto eleccionario para que su fuente de legitimidad pueda ser puesta en duda y cuentan en esta operación con el concurso de buena parte de las fuerzas opositoras a las que, como ha quedado demostrado, les resulta muchísimo más cómodo y placentero ir de tribunales a los canales de Televisión formulando denuncias inverosímiles que tratar de revertir el papelón electoral que sufrieron.

Este ataque guarda estrecha relación con el linchamiento mediático de que fue objeto hasta el sábado 13 de agosto el juez Raúl Eugenio Zaffaroni: En un caso se trata de corroer las bases de sustentación de la Corte Suprema de Justicia, en tanto uno de sus miembros estaría sospechado de actos reñidos con "la moral y las buenas costumbres" y en el otro, de que la legitimidad electoral -verdadera kriptonita de todo gobernante- pueda ser cuestionada. Este es el sentido estratégico del accionar de los dos principales medios gráficos del país y sus satélites audiovisuales.

Desde todos los ámbitos del oficialismo se ha dado la discusión con sobrados argumentos pero a esta altura es evidente que ya es ocioso. Luis Juez disputó voto a voto la gobernación de Córdoba en 2007 y ahora con la tan mentada Boleta Única y con un fiscal en cada mesa perdió por 20 puntos (hecho que demuestra que el resultado no depende del tipo de boleta ni de la carencia de fiscales sino de cuestiones políticas) pero este argumento no sirve porque Clarín y La Nación no quieren discutir eso sino deslegitimar el sistema electoral y, en lo posible, transformar el 23 de octubre en un campo de denuncias de irregularidades que lo ensucien . La denuncia penal contra algunos presidentes de mesa presentada por Eduardo Amadeo, candidato a gobernador de Unión Popular, es funcional a ese plan: se persigue el objetivo de que muchas autoridades de mesa se excusen de cumplir con su nominación por temor a tener problemas legales y de esa forma se complique la apertura d mesas con todo lo que esto trae aparejado.

Un aspecto fundamental es apelar a la inteligencia de la sociedad, para ello sólo se necesita capacidad de difusión de datos duros porque al fin y al cabo es esto lo que explica la baja influencia de los medios en la manifestación electoral del pueblo. Cuando las personas acceden a una información distinta de la que le suministran los grandes medios reacciona con autonomía, para tal efecto, la irrupción de internet y la proliferación de redes sociales han contribuido notoriamente a que la gente elabore conclusiones a partir de un consumo más amplio de información: a medida que la dieta informativa se diversifica, mejora la calidad de las conclusiones. En este sentido es importante romper el sofisma según el cuál el aparato de gobiernno garantiza de una u otra manera el triunfo de los oficialismos. Catamarca y Chubut pueden tranquilamente demostrar que no es así, lo mismo que la derrota nada menos que de Néstor Kirchner en la PBA en 2009. Pero el problema acá es otro y consiste en que si le damos crédito a ese razonamiento estamos directamente asumiendo que es imposible que en Argentina alguna fuerza opositora pueda destronar al oficialismo, sea éste provincial o nacional. Este análisis conduce casi a un callejón sin salida que únicamente encuentra válvula de escape en el repetido pedido de Boleta única tras el que se ha encolumnado la oposición siguiendo los ejes que le suministra la prensa dominante. De entrada hay que decir que el problema de los fiscales sigue siendo el mismo ya que con ese sistema igual se necesitan veedores de las fuerzas políticas para chequear que, por ejemplo, representantes de otros partidos puedan realizar marcas en la boleta para distorsionarla (por ejemplo, basta con que el fiscal del partido A tilde el casillero para presiente de su partido en una boleta donde el votante ha tildado el partido B para que ese voto en el rubro candidatos a presidente quede anulado) Independientemente de los graves errores que se generaron en las elecciones de Santa Fe y Córdoba, el planteo es que mientras las fuerzas opositoras no encuentren la forma de garantizar representación en las mesas, se deslegitiman a sí mismas ante porque cada vez serán menos creíbles sus denuncias, entre otras cosas porque es la propia sociedad la que entra a los cuartos oscuros y comprueba que justo en esa mesa donde se denunció robo de boletas, no faltaban.

La Boleta Única es la nueva quimera opositora que se transforma en una excusa para intentar justificar su divorcio con la sociedad y, lo que es más grave, que ésta no la vez con aptitud para solucionarle los problemas. Los medios concentrados, en tanto, operan para que si Cristina saca el 51 % sea "hegemónica" y si obtiene el 49 % sea una presidenta "en minoría" ante el 51 restante que no la votó y encima instalando dudas sobre la transparencia del acto electoral.

Fuente: Diario Registrado