jueves, 22 de septiembre de 2011

Mar de fondo en la Coalición Cívica

La catástrofe electoral que protagonizó la chaqueña Elisa Carrió agitó las discusiones internas en el partido. Un grupo integrado por Adrián Pérez, Pablo Javkin y Alfonso Prat Gay piensan la estrategia de la CC sin la histórica líder. Temen la diáspora hacia otros partidos.

La Coalición Cívica está en pleno proceso de desmembramiento, luego de la derrota el 14 de octubre, cuando Elisa Carrió obtuvo un 80 por ciento menos de los votos que consiguió en 2007. El clima interno está más que crispado, algo que quedó en evidencia tras el congreso del partido, que se realizó hace dos semanas en el Palais Rouge, en Capital Federal, donde reapareció el perfil, lejano a la autocrítica, que la chaqueña había dejado a un costado tras el viaje a México –donde fue a conocer a su primer nieto–, que emprendió luego del comicio.

La candidata presidencial de la CC no participó de las deliberaciones en las que fue blanco de duras críticas, sino que asistió al cierre del encuentro en el que dejó en claro qué Carrió queda en pie: “En noviembre vamos a saber quiénes están por la fuerza y quienes por los cargos”, desafió, y agregó: “Que la gente no nos haya votado no significa que tenga que entregar la causa y este partido a las negociaciones espurias con el establishment político. Yo los quiero a todos, también a los que me traicionaron”.

La crisis en la Coalición Cívica se cocina a fuego lento desde hace rato, pero el resultado electoral dejó a flor de piel cuestionamientos añejos. Ante ese escenario, se gestó un núcleo de dirigentes jóvenes, encabezados por Adrián Pérez, Alfonso Prat Gay y Pablo Javkin, que plantean un realineamiento del partido tras las elecciones. Aunque las decisiones se tomarán luego del 23 de octubre, este sector proyecta una estrategia de supervivencia sin el liderazgo de Carrió. Lo que buscan evitar es que se produzca una diáspora masiva de dirigentes a otros sectores políticos, que dejen vacío el corazón de la CC.

Con la certeza de que tras las elecciones quedarán dos espacios definidos en la oposición, como son el PRO y el Frente Amplio Progresista (FAP), la estrategia que se teje es poder sumarse a un espacio como partido y no a nivel individual, jugada que no le conviene a nadie, ni a lo que quedará de la CC ni a los que saltan la tranquera por decisión individual.

Esta mesa chica del partido comenzó durante las últimas semanas a mantener conversaciones con dirigentes del FAP. Adrián Pérez, candidato a vicepresidente, y María Eugenia Estenssoro aceitaron contactos con dirigentes del socialismo. Tienen en claro que sumarse a ese frente cargará con el difícil trance de ir a parar a la misma cola. El relato más vívido de la convivencia en una coalición con los socialistas lo tienen los referentes santafesinos Pablo Javkin y Carlos Comi, quienes se han quejado por ser considerados últimos orejones del tarro.

La catástrofe electoral que protagonizó Carrió es el resultado de una continuidad de errores que se dieron a partir de la derrota del kirchnerismo en 2009, y agudizaron la crisis de identidad política de la chaqueña que empezó a mutar con la llegada de Néstor Kirchner en 2003.

La alianza con Patricia Bullrich le valió muchas críticas a nivel interno, pero nadie se animaba a desdecirla en público. El fracaso electoral dio pie a la ristra de cuestionamientos. Y ahora la Piba tantea hacer otro triple mortal rumbo al PRO, lo que le generó otra piedra en el zapato a la chaqueña.

La brújula política de la líder de la Coalición Cívica terminó de perder el norte cuando el diciembre pasado reunió a un grupo selecto de dirigentes en el hotel Colonial de San Nicolás, donde la lectura política del momento la hizo la escritora Beatriz Sarlo. La autora de “La audacia y el cálculo” coincidió con Carrió en que el kirchnerismo estaba terminado. Esta lectura de la realidad política quedó más aún en off side cuando se promovió la candidatura a diputado nacional de Mario Llambías, el titular de CRA, quien corre por derecha al propio Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

En Santa Fe la líder de la Coalición Cívica se alió con el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, y durante la campaña en la provincia no desperdició oportunidad para lanzarle fuertes críticas al socialismo, sobre todo a Hermes Binner, quien le trazó la raya a un acuerdo electoral a nivel nacional. Las embestidas de Carrió hacia el gobernador siempre incomodaron a algunos legisladores, que mantienen –no exenta de críticas– una relación madura con el PS en el Frente Progresista, Cívico y Social.

Pablo Javkin encabeza en Santa Fe la lista de diputados nacionales y está al frente de la complicada tarea de sumar 120 mil votos para obtener una banca. En agosto el actual legislador provincial logró sacar en la provincia 14 mil votos más que Carrió, quien no logró sacar más de 671.327 votos –el 3,24 por ciento– a nivel nacional. Javkin, como la mayoría de los candidatos legislativos, no quiere que Carrió pase ni cerca de Santa Fe.

Supervivencia

Lo que pretenden desde la nueva conducción de la Coalición Cívica (en gestación) es recomponer las relaciones con potenciales socios en un futuro, lo que garantizaría cierto grado de certeza de supervivencia del espacio.

Ya se concretaron deserciones en el plano partidario que causaron arritmias en la CC, como la histórica dirigente Marcela Rodríguez, quien tras anunciar que conformará un bloque unipersonal en el Congreso, consideró: “Este espacio político, gradualmente, ha dejado de representarme así como yo no represento a la Coalición”.

Ese mismo camino había tomado el diputado bonaerense Sebastián Cinquerrui, quien saltó a las filas del FAP con fuertes cuestionamientos contra Carrió: “La conducción quedó en manos de la derecha partidaria, principalmente de Patricia Bullrich, mientras que Carrió se quedó como jefa de relaciones públicas de la Coalición Cívica”.

Esta semana otro síntoma áspero emergió luego de que el candidato a intendente en Vicente López, Luis Parodi, decidió renunciar a competir el próximo 23 de octubre a favor de Jorge Macri.

Fuente: Cruz del Sur