martes, 24 de enero de 2012

La Realidad como Construccion Social. Identidad y Raices

Por Elena Calvín

Un individuo se completa cuando tiene en claro cual es su identidad, y sabe de donde viene y adonde pertenece, cuales son sus raíces. Esto significa ser capaz de poder traer a la luz aquellas pequeñas historias invisibilizadas, que son las que forman la verdadera historia de nuestro país, formada por las vivencias de nuestra gente.

Esta temática cobra especial importancia en la actualidad, en que se han puesto en debate los “relatos oficiales” de la versión mitrista de la historia que nos contaron en la escuela, que poco tuvo que ver con lo real y cotidiano vivido en cada familia a lo largo de los años, sino que constituyo una mirada interesada que buscaba unificar la versión de los hechos de quienes detentaron el poder a lo largo de estos siglos en Argentina.

Ese relato creado desde un poder hegemónico, no permitió incluir las memorias, los relatos orales y los recuerdos de personas y tuvo como objetivo “disciplinar” el pensamiento y la acción del conjunto de la sociedad.

Los pensamientos e ideas de cada persona contienen un núcleo común a toda la sociedad que son productos de construcciones sociales, desarrolladas en un contexto temporal e histórico en un determinado espacio geográfico. Esta realidad social es construida, es decir esta basado en un acuerdo tácito que los sujetos sociales establecen para vivir en comunidad, obedeciendo entre otras cosas a “intencionalidades” de grupos o sectores que van imponiendo un sentido por sobre otros posibles.

Según Peter L. Berger y Thomas Luckmann “el significado se hace parte y se institucionaliza en los individuos y la sociedad - el conocimiento y la concepción de la gente de lo que la realidad es, se incrusta en la fábrica y estructura institucionalmente a la sociedad…” (La Construcción Social de la Realidad -1966)

Son los sujetos en interacción quienes legitiman e "instituyen” esa realidad, a través de las distintas representaciones sociales formadas por elementos simbólicos cargando de sentido a la realidad social, que transforman lo desconocido en algo natural y común a todos.

Pero los acontecimientos sociales no se dan en forma aislada sino que guardan relación unos con otros, y en esa interacción se influyen, ignoran o modifican unos a otros. Los procesos sociales no son generados por una sola causa sino por muchas. Comprender la realidad social a partir de la idea de dinámica social significa adentrarse en las leyes internas y descubrir las conexiones internas y necesarias, las relaciones de poder que existen en ellos, los conflictos y las formas de resolverlos. Estas formas son solo momentáneas porque, cuando de dos proyectos llevados adelante por ciertos grupos uno triunfa y establece un determinado ordenamiento social, quienes encarnaban el otro proyecto no desaparecen ni quedan inmóviles sino que, lo reestructuran, lo cambian, se reorganizan y siguen actuando como opositores intentando cumplir sus objetivos, que si lo logran, establecerán un nuevo ordenamiento social.

Todo poder se concreta a través del establecimiento de un ordenamiento social, que es la objetivación del interés dominante, lo cual implica que la realidad social es una realidad ordenada por el poder, es decir que los sujetos o ciertos sujetos deciden, construyen y actúan. Esto no significa la desaparición del interés de los dominados.

La realidad entendida como construcción social es la que nos permite a todos ser protagonistas de nuestro tiempo a través de los hechos y acciones en los que participamos. Y no se hace en soledad ni desde las buenas intenciones individuales. Se construye siempre con otros, con los que compartimos un espacio y un tiempo, ideas, proyectos y miradas comunes sobre el futuro y con los que podemos trabajar codo a codo en pos del bien de todos.

Es por eso que creo muy importante poder apropiarse de la propia historia familiar, de aquellos que nos precedieron y nos dieron identidad, que nos marcaron un rumbo. Hacernos cargo de nuestras raíces, a veces para bien y otras para no repetir errores del pasado. Esto es lo que hará a que entre todos podamos de a poco reconstruir la historia argentina, con los fragmentos y testimonios de cada uno, mostrando las distintas formas en que cada uno desde lo individual y familiar contribuyo a que lleguemos hoy a este momento. Reconociéndonos partes de un todo que nos alberga a todos, y donde el interés superior siempre estará dado por el bienestar común, por sobre las mezquindades egoístas individuales. Eso es para lo que trabajo a diario y lo que deseo para mis hijos y para las generaciones por venir.


*(Extracto de mi trabajo sobre"Reconstruccion Historica de mi Comunidad", para la Cátedra de Trabajo Social Comunitario (TSC) de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV)

Fuente: http://lenielena.blogspot.com