miércoles, 16 de octubre de 2013

Binner y la fábula de escorpión y la rana

El socialismo hace acordar a la fábula del escorpión y la rana: no pueden evitar meter el chuzazo, más tarde o más temprano, porque está en su naturaleza; sobre todo Binner que es el que dirige la batuta; y marca la pauta.

No pasó ni una semana del ataque a la casa del gobernador, y la imagen de unidad de todo el arco político provincial (con la visible excepción de Miguel Del Sel) que se vio en la conferencia de prensa posterior de Bonfatti ya es parte del pasado, mientras las irrefutables certezas de los funcionarios provinciales y referentes del socialismo sobre que tuvo que ver con represalias de los narcos contra el gobierno, no tiene aun correlato en la causa judicial donde la investigación la lleva adelante la controvertida policía santafesina

A horas de los hechos nosotros dijimos acá que era imperioso esclarecer la verdad del atentado, sus responsables y sus móviles; y advertimos acá que era también imperioso un obsequioso silencio (sobre todo de los funcionarios con algún grado de responsabilidad en el tema) hasta tanto eso no pasara, evitando lanzar hipótesis al voleo con el propósito de capitalizar electoralmente un hecho tan repudiable.
Porque es lo que entendemos corresponde, y porque los conocemos, sabemos como operan; tanto que hace poco pasó lo mismo con la explosión del edificio en Rosario.

En el momento, al calor de la tragedia o del hecho que conmociona (en éste caso el ataque a balazos a la casa del gobernador) aceptan la ayuda, se sacan la foto con los dirigentes opositores o los funcionarios del gobierno nacional, agradecen el apoyo o la solidaridad; pero con el correr de las horas van viendo como sacar tajada del asunto.

Y lo que ellos entienden de la solidaridad de los adversarios, lo deja muy en claro acá Zabalza: repudiar el ataque a la casa del gobernador y solidarizarse en el plano humano y personal con él y su familia (más allá incluso de su investidura) se debe traducir, para el socialismo, en un borrón y cuenta nueva por parte de la oposición; que debe dejar de criticar la política de seguridad del gobierno provincial, y comprar a libro cerrado que vivimos en una provincia normal, en el mejor de los mundos posibles, donde el narcotráfico y la delincuencia están desmantelados o en trance de serlo; por la eficacia de la labor del gobierno y la policía.

Como si la provincia -y en especial Santa Fe y Rosario- no estuvieran otra vez a punto batir el triste récord de muertos por hechos de violencia en el transcurso de un año cuando faltan más de dos meses para que termine, o como si el caso Tognoli y aledaños no hubieran pasado, u ocurrieran en otro lugar, en otro tiempo.

Si nosotros fuéramos la mitad de jodidos que son ellos, podríamos decir que, así como a Bonfatti le tirotearon la casa porque hace frente a las bandas de narcos y avanza en ese sentido, a Binner, durante sus cuatro años como gobernador, no le tiraron ni una cañita voladora; porque los dejó crecer.

Pero no caigamos en ésa, y seamos más serios, porque si no nos vamos a parecer a ciertos comunicadores para-oficiales que -a cambio de pauta generosa- vierten exabruptos como éste, para ir sondeando en el terreno que repercusión generan:


Lo que dijo ayer Agustín Rossi (a lo que ahora responde indignado Binner) es muy sencillo, y corrobora la hipótesis que maneja el propio oficialismo provincial sobre los móviles e instigadores del atentado contra la casa de Bonfatti: señaló que lo relacionaba directamente con un cambio que notaba en la decisión del gobierno provincial, en los últimos tiempos, para encarar a fondo la lucha contra el narcotráfico; por contraste con la gestión del propio Binner como gobernador.

Si bien lo miran, hay hasta un elogio a Bonfatti, y al gobierno provincial; y Rossi fue bastante menos crítico incluso de lo que dice acá Enrique Font, (cuestionando hasta la hipótesis oficial sobre las causas del atentado, y las políticas del gobierno provincial en materia de seguridad), que no es kirchnerista ni mucho menos: fue funcionario importante del área de seguridad durante el gobierno de Binner.

Pero al parecer no alcanza, porque lo que Binner pretendería es que Rossi ignore que Tognoli fue su jefe de Drogas Peligrosas por cuatro años, y desde allí saltó a la jefatura de la policía provincial con Bonfatti; o que silencie que, cuando denunciaba el fuerte aumento de la criminalidad en Rosario como consecuencia del narcotráfico, el propio Binner desdeñara la advertencia; diciendo que se trata de riñas entre  vecinos o ajuste de cuentas entre bandas.


El mismo Binner -recordemos- que hasta hace poco insistía que Tognoli es un preso político, víctima de una operación del kirchnerismo para desestabilizar al gobierno provincial; teoría que ahora están empezando a reflotar los esbirros comunicacionales del oficialismo provincial.

El oficialismo provincial (que critica todo el tiempo al gobierno nacional por el autoritarismo y la falta de diálogo) tiene al parecer la peregrina idea de que la mejor oposición es la que se saca una foto con el gobernador en circunstancias difíciles, y luego se vuelve a su casa, guadra violín en bolsa y deja de hacer aquéllo para lo cual la gente la votó: señalar lo que entiende que el gobierno (en éste caso el del FPCyS) hace mal, o no hace.

Un doble estándar que utilizan según se analice lo que hace el gobierno nacional, o lo que hacen ellos cuando les toca gobernar. 

Démosles un par de días y van a empezar a decir que el atentado contra la casa de Bonfatti lo organizó el kirchnerismo o el gobierno nacional.

Fuente: Nestornautas