miércoles, 18 de noviembre de 2015

No te morirás, pero te irás secando

Macri no va a eliminar la asignación universal, pero la irá licuando en su poder de compra con la devaluación; que impactará más fuerte en los productos básicos de la canasta familiar como la carne, el pan y los derivados de la harina y los lácteos; que son el destino fundamental de los gastos de las familias que la perciben.

Macri no va a eliminar las jubilaciones del ama de casa o las de la última moratoria, pero además de repetir lo señalado para la AUH, hará que el índice de aumentos semestrales de la fórmula de movilidad (que también se aplica ahora por ley a las asignaciones) vaya a la baja; porque está prometiendo que las empresas paguen menos Ganancias ajustando los balances por inflación, que no pague Ganancias nadie que no lo pagara en el 2007 (aunque sea el gerente de un banco o de una multinacional) y que el "primer empleo joven" no pague por cinco años ni aportes personales, ni contribuciones patronales a la seguridad social.

Macri no va a suspender las paritarias, pero si abrirá las importaciones y junto a la merma en el consumo por el golpe inflacionario de la devaluación, hará caer el empleo, la sola amenaza del desempleo las disciplinará para negociar salarios a la baja: el foco del sindicalismo estará mas puesto en defender puestos de trabajo, que en reclamar aumentos. Y la falta de aumentos salariales también impacta en la fórmula de la movilidad de jubilaciones, pensiones y asignaciones.

Macri no va a cerrar las nuevas universidades, ni privatizará las escuelas, ni mandará a los científicos a lavar los platos: le bastará -en el primer presupuesto que mande al Congreso- con no prorrogar el artículo 7 de La Ley 26.075 de financiamiento educativo que impone como obligación al Estado (la nación, las provincias y los municipios) invertir  no menos del 6 % del PBI en educación, ciencia y técnica todos los años; y las condenará progresivamente a la asfixia por la falta de recursos.

De hecho, es lo que han hecho sus diputados y todos los de "Cambiemos" cuando votaron en contra los presupuestos de éste año y del año que viene; que contienen la cláusula de prórroga. 

Macri no va a privatizar las empresas del Estado porque no le dan los números en el Congreso, pero pondrá al frente de cada una a expertos en dinamitarlas desde adentro (como suenan Aranguren o Bastos para YPF, hay otros que meten miedo) para que sean cada vez más ineficientes y retrocedan en la calidad de los servicios; y las doñas Rosas reclamen su privatización, como pasó en los 90'.

Impedido de desprenderse de los activos por el "cepo" que le puso Cristina, volverá a las "privatizaciones periféricas"; pongámoles por caso en Aerolíneas la política de "cielos abiertos" que la deje únicamente con las rutas menos rentables, o en el de YPF sin continuar los planes de inversiones para ampliar la producción.

Macri va a levantar todas las restricciones para la compra de dólares, pero hay que ver quien (que no sean los mismos de siempre) los podrá comprar por tener capacidad de ahorro disponible, cuando planche los aumentos en paritarias y deban destinar parte del "resto" de su salario (si lo conservan) a pagar tarifas de los servicios públicos sin subsidios.

Algo así como la parábola de la higuera del Evangelio: "no te morirás, pero te irás secando".  

Fuente: Nestornautas